El viaje de la carta a los Reyes Magos
El centro automatizado de Correos en Vallecas se encarga de distribuir a cualquier sitio (incluido los magos de Oriente) los sueños de los madrileños
María echa al buzón de Correos lo que pide a los Reyes Magos por parte de sus abuelos de Barcelona. Cierra el contenido en un sobre verde y lo echa en el buzón amarillo el lunes. Al día siguiente, el martes, llega a su destino: la Ciudad Condal. No imagina el rápido proceso al que es sometida la misiva para que viaje hasta el destinatario con un 98% de garantía y sin atentar contra su inviolabilidad. El sobre de María aterriza en primer lugar en el Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) de correo ordinario de Vallecas . Ésta es la instalación de Correos más grande de España para este tipo de envíos. Por allí entran y salen diariamente siete millones de cartas. Ha leído bien.
En contra de lo que pudiera parecer, las nuevas tecnologías y los mails no han reducido el volumen de trabajo en estas instalaciones que funcionan las 24 horas del día. Todo lo contrario. El «e-commerce» o compra y venta por internet lo ha multiplicado.
El sobre verde de María llega en bandeja a través de los camiones. El correo personal supone un 10% del total de cartas que se tratan en Vallecas. Después de entrar en este complejo de 65.000 metros cuadrados, todos los sobres y paquetes se escanean por seguridad. El centro de paquetería está cerca de Mercamadrid. Allí se reciben 50.000 paquetes diarios.
«Normalmente no se encuentran cosas extrañas en los escáner, pero el año pasado sí que tuvimos que desalojar toda la planta. Aparecieron en un sobre dos granadas. Eran unos encendedores metidos en dos granadas inactivas. Avisamos a nuestro Centro Operativo de Seguridad (COS) y ellos a la Policía Nacional. Al final vinieron los Tedax(Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos). Sabíamos que no iba a explotar, pero hubo que desalojar. Iban destinadas a un particular», explica María Teresa Fernández, directora del CTA de Madrid-Vallecas.
Horas punta
«Cuando estábamos en Chamartín sí que hubo muchos desalojos por cartas bomba cuando estaba la problemática de ETA y también por sobres que contenían polvos. A principios del año 2000 estaba la alarma del antrax y llegaban bastantes cartas con azúcar, sal, harina... querían gastar bromas», añade Fernández.
En el CTA de Vallecas se trabaja durante todo el día, pero las horas punta son de tres a ocho de la tarde y de cinco de la mañana a siete.
Dependiendo de si es correo normalizado o «flat» —supera unas dimensiones de hasta dos centímetros de grosor y 800 gramos de peso— va a parar a distintas máquinas clasificadoras. Las ocho líneas de producción de clasificación de correo normalizado se encargan de colocar las cartas según la provincia. Otras líneas lo preparan por barrios para los carteros.
La presencia de las máquinas en este centro desde 2002 gana a la del ser humano, que entre medias de los procesos de escáneres son los que introducen y colocan los sobres fuera y dentro de los aparatos. Llevan cascos para no escuchar el sonido mecánico. Correos les dota de tapones si lo necesitan. El trabajo de estas personas también es automatizado. Apenas hablan entre ellos. Han de cumplir con el reto de eficiencia de la empresa pública. Antes de la superautomatización de 2002, había 850 trabajadores; ahora, 560.
Las cartas, ya preparadas, vuelven a salir de Correos en camiones para llegar a su destinatario al día siguiente. Cuando se pierde por el camino suele ser «por error del usuario», especifica la directora del CTA. «Normalmente porque confunden el código postal», detalla.
Sección para ilegibles
En la planta superior de este centro hay una habitación donde 25 mujeres repartidas por turnos, más bien máquinas, se encargan de especificar los detalles que los escáneres no han podido descifrar. Se llama sala de videocodificación. Allí, en una pantalla, pasan direcciones por segundo. Ellas se encargan de escribir en otro segundo el código postal adecuadamente. Su teclado, como medio hexágono, tiene a la derecha números. A la izquierda, los códigos postales más comunes: Madrid, Barcelona, Bilbao... Estas mujeres no miran para otro lado. Su trabajo es de extrema concentración.
Otras de las secciones importantes es la de las cartas y paquetes pequeños que llegan de envíos internacionales, sobre todo de Reino Unido, Estados Unidos y Alemania. A quien más se compra es a Reino Unido y China. Libros, zumos vitamínicos, ropa, calzado... y hasta árboles.
Se trata, en definitiva, del mayor centro de Correos del país que estos días ha trabajo a destajo para que ninguna carta a los Reyes Magos se haya quedado por el camino.
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