Cae una banda itinerante que cometió una veintena de atracos en un lustro
El capo nunca había sido identificado. Asaltaban joyerías, bancos, comercios y casas habitadas en Madrid y otras ciudades de la UE con armas de fuego y vehículos de gran cilindrada
La Policía Nacional ha desarticulado un grupo itinerante de atracadores de joyerías, bancos, comercios y domicilios habitados que actuaba en Madrid, fundamentalmente, pero también en otros puntos de la UE.
A los siete integrantes de la red se les imputa más de veinte hechos delictivos cometidos en un lustro. Su movilidad geográfica ha dificultado su arresto.
A todos ellos se les imputan los delitos de robo con intimidación, detención ilegal y lesiones, informa la Jefatura Superior de Policía de Madrid. En sus fechorías utilizaban armas de fuego y vehículos de gran cilindrada, previamente sustraídos.
Los detenidos asaltaban establecimientos comerciales, principalmente joyerías y representantes del gremio, entidades bancarias, personas que habían sacado cantidades importantes de dinero, así como domicilios habitados.
El cabecilla de la organización, de origen peruano, no había llegado a ser detenido nunca y su identificación plena no se había logrado hasta ahora.
Un año tras un peligroso atracador
La investigación comenzó hace un año, aproximadamente, cuando se detectó la presencia de un peligroso atracador conocido por la Policía por haber participado en numerosos robos con intimidación en fechas muy señaladas, coincidiendo con épocas estivales y navideñas.
Este hombre y otras cinco o seis personas más accedían a los establecimientos con armas de fuego intimidando a los empleados, a lo que agredían si oponían resistencia y posteriormente les maniataban y amordazaban para facilitar la huida.
Estudiaban cada golpe minuciosamente y lo perpetraban en las horas de cierre o apertura. Así, si se trataba de alguna tienda, algún integrante de la banda acudía a ella para cerciorarse de las medidas de seguridad, la situación y accesibilidad de la caja fuerte. En los atracos, en el exterior, una o dos personas cubría al autor dentro de un coche sustraído al que cambiaban las matrículas.
Una vez cometidos los atracos se desplazaban a otras provincias de España para evitar ser detectados, llegando en otras ocasiones a abandonar el territorio nacional y viajando a otros países de la Unión Europea, y transcurrido un tiempo regresaban y planificaban un nuevo golpe.
El capo de la organización extremaba las medidas de seguridad al máximo, cambiando de casa, teléfono, tarjetas y hasta de aspecto físico, lo que dificultaba la investigación.
A mediados de noviembre, tras ser identificados todos los miembros del grupo, se procedió a sus detenciones. Los arrestados cuentan con numerosos antecedentes policiales por hechos similares y alguno, con reclamaciones judiciales en vigor.
En los registros se les incautaron dos pistolas de cartuchos, varios teléfonos móviles, numerosos juegos de llaves de vehículos y dinero en efectivo.