La Navidad de lujo se reestrena en el salón de baile del Palacio de Linares
El gran palacio abre algunas de sus mejores salas para mostrar cómo se vivía esta tradicional fiesta en el siglo XIX
![La Navidad de lujo se reestrena en el salón de baile del Palacio de Linares](https://s2.abcstatics.com/Media/nacional/salon-baile-palacio-linares--644x362.jpg)
Pasear entre tapices y alfombras de la Real Fábrica, contemplando frescos de afamados artistas, y comer o cenar con vajillas de Limoges y cristalerías de Bohemia. Esta escena, que tan inusual nos parece, era algo habitual en la Navidad de los aristocráticos habitantes del Palacio de Linares . Para acercarse a aquella realidad, y contemplar la belleza del interior del edificio, el palacio se abre durante varios fines de semana en diciembre a visitas guiadas en las que, además, podrá escucharse música en el salón de baile, tal y como se hacía a finales del XIX. [Mira la fotogalería: El Palacio de Linares más íntimo abre sus puertas]
Precisamente ayer, fue retirado el luneto –una pieza semicircular que actúa como puerta– que separa la galería de músicos del salón de baile. La retirada permite que la música se expanda libremente y baje hacia el salón. Dos intérpretes, de arpa y chelo, dieron ambiente a la escena, que recuperaba el uso tradicional de esos espacios por primera vez desde 1895.
Así permanecerá, abierto y comunicado, durante las navidades, a la espera de las visitas de quienes quieran participar en estos recorridos guiados por el Palacio de Linares, contemplando algunas de sus salas más representativas y escuchando las explicaciones sobre cómo era la vida y cómo se celebraban las fiestas a finales del siglo XIX en la casa de los marqueses.
Excelente acústica
El luneto consta de dos piezas. La que da a la galería de los músicos –un espacio semicircular totalmente cubierto con frescos– está decorada con una pintura de Alejandro Ferrán, que reproduce una escena de baño donde una esclava asiste a su dueña que va a darse un baño.
La otra parte es otra pintura, esta vez de Francisco Pradilla, que fue director del Museo del Prado y era muy amigo del marqués de Linares. En ella se observa un trovador tocando un «chitarrone», un curioso instrumento de cuerda.
Según explica Alba Carballeira, historiadora del arte y guía de estas visitas tan particulares al Palacio de Linares, el salón de baile está construido con unas extraordinarias condiciones de acústica, de manera que la música que llega desde la zona superior –donde se sitúa la galería– bajaba con toda perfección tras rebotar en los techos de casi seis metros de altura.
Menús y vinos
Muy cerca del salón de baile se encuentra el comedor de gala del Palacio. De nuevo es Carballeira la que matiza que los comedores «como tales, no existían hasta el siglo XIX: las mesas eran plegables y se ponían allá donde decidían comer». De ahí, señala, la expresión «poner la mesa».
Las visitas informarán también de cómo eran las celebraciones en aquellos salones, los menús que se confeccionaban –«Se decía que el palacio al principio no tenía cocina porque todo se lo hacía Lhardy», explicaba ayer su copropietaria, Milagros–, y hasta las curiosidades de los vinos.
Pavo trufado
El francés era la lengua y la cultura que más influencia tenía sobre los nobles de la época. Y en la comida también: el pavo trufado de Lhardy , por ejemplo, era un clásico, pero «muchos palacios no podían pagarlo, así que fingían que el suyo era de allí», explica la historiadora.
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