Boadilla del Monte
Se busca a María Piedad bajo tierra
Lleva cuatro años desaparecida. La juez que instruye el caso archivó la causa penal hace uno, pero la familia lucha para que se siga investigando este caso que conmovió a toda España
Alejandro no recuerda a su madre. Tenía solo unos meses cuando se quedó a cargo de su abuela , Toñi Revuelta , la fatídica noche del 11 de noviembre de 2010. También su hermano mayor, Aitor, de 8 años que jamás la podrá olvidar. Su madre, María Piedad, se marchó con sus compañeros a celebrar la cena de Navidad de su empresa, situada en Boadilla del Monte, su pueblo. Jamás regresó.
Tenía 31 años y cedió al empeño a toda costa de su expareja y padre del menor de sus hijos, Javier Sánchez Toledo , de 35, –se resistía a la ruptura–, de llevarla a casa. Trabajaban en el mismo lugar: un supermercado. La abuela Toñi recibió varios mensajes de su hija esa madrugada. Decía que estaba en Madrid desayunando y que regresaría por la mañana. No era propio de María Piedad . Tampoco la forma de escribir. Otros amigos recibieron otros «sms»: «Ya estoy en casa», decían.
En su piso, en pleno centro de Boadilla, aún la espera su familia. La abuela, incluso, se aferra por momentos a la idea de que sigue con vida y que estos años de silencio tienen una explicación. El presunto autor de su muerte, su expareja, fue hallado ahorcado tres días después en un tendido eléctrico de un paraje de San Lorenzo del Escorial. Su padre Silvano le dijo. «Entrégate. La Guardia Civil te busca».
Sangre junto al río
Desde el principio, se trató el caso como un crimen fruto de la violencia machista . Sin cadáver y sin una nota explicativa por parte del presunto autor que indicara qué hizo con el cuerpo, la Benemérita ha buscar a la mujer sin descanso. Se han inspeccionado más de 300 pozos; numerosos caminos; parcelas públicas y privadas; colectores; se utilizaron perros y buzos; se peinaron toneladas de basura del vertedero de Pinto, a donde van a parar los desechos de Boadilla; se hicieron catas...
La Benemérita ha buscar a la mujer sin descanso. Se han inspeccionado más de 300 pozos
También se revisó el supermercado. Ahí llegaron a levantar el suelo de la zona de trabajo de Javier, encargado de mantenimiento , que, curiosamente, al día siguiente, domingo, con el establecimiento cerrado al público y cuando todos buscaban a María Piedad, se dirigió al súper. «Tenía que cortar unas baldosas con una radial». Además, le mandó un mensaje a su jefe. Y se cortó una mano. Las cámaras le captaron saliendo con varias bolsas de basura . «La ha descuartizado», sospecharon. Siguieron rastreando parajes, sobre todo, donde se colgó el sospechoso; los que van desde Villanueva de la Cañada a Navalcarnero; el Ventorro; la Ciudad Financiera del Santander (Boadilla); Bosque Sur (Fuenlabrada), donde la señal del móvil de ella se perdió para siempre... Nada. Ni un bolso, ni una prenda. Ni rastro de María Piedad.
La investigación policial no se ha archivado
Ahora, la Guardia Civil trabaja con la hipótesis de que Sánchez Toledano enterró su cadáver. Tuvo tiempo material, tras deambular como un poseso con ella encendiendo y apagando el móvil para dejar pistas falsas. Después, en dos día se recorrió media región. A la abuela Toñi la consume el sufrimiento. Su dolor se convirtió en desazón cuando hace tres semanas se enteró de que la juez de Móstoles que instruye el caso archivó de forma provisional la causa por falta de pruebas. Fue en diciembre pasado, pero al no estar personados, desconocían la noticia. Acudió al ayuntamiento y el alcalde, Antonio González-Terol , le ha brindado ayuda para reabrirlo.
Pero la investigación policial no se ha archivado . Dura una década. Los agentes solo hallaron al principio dos gotas de sangre de la víctima junto al río Guadarrama. Por eso lo revisaron a conciencia. En febrero buscaron en una profunda poza de Boadilla. Nada.
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