El obispo regresa tras 279 años
Arganda del Rey recupera el cuadro de uno de sus hijos más ilustres, José Sancho Granado, cedido por sus herederos
El obispo José Sancho Granado, argandeño de pro, vuelve a la Villa que le vio nacer después de 279 años. Al menos, regresa a la vista pública el retrato de quien se ha convertido en uno de los personajes más ilustres de la historia de esta localidad madrileña. Sus propietarios, la familia Garreta-Sancho Granado, acaba de ceder esta obra al Ayuntamiento de Arganda, para que vuelva a ser visto en la ciudad en la que el obispo nació.
El obispo, nacido en Arganda, de una familia originaria de la localidad, fue el menor de ocho hermanos. Salió de allí para estudiar en el colegio de San Ildefonso, en Alcalá de Henares, siendo después abad de Santander e incluso llegó a obispo de Salamanca, según reza en la documentación del archivo de Arganda.
Fue un gran benefactor de la localidad: no solo ayudó a jóvenes argandeños a estudiar en Alcalá, sino que también financió la construcción de la Capilla de San José, en la iglesia parroquial, y promovió el culto a la Virgen de la Soledad, al conseguir del Papa una indulgencia plenaria que se ganaban aquellos que visitaban su ermita. Y a su muerte, dejó un 25 por ciento de su fortuna destinada a ayudar a los argandeños que más lo necesitaran.
En su casa solariega
Pero tal vez lo más representativo de lo que hizo fue poner en marcha el depósito de grano, pensando en los periodos de carestía. Una institución que puso «bajo el amparo del Papa» para evitar intromisiones y disfunciones, y que reparte sus dos mil fanegas de trigo candeal para sementera de los labradores y para dárselas a aquellos más pobres.
Siempre estuvo muy vinculado a su tierra, y por eso construyó allí una casa solariega que aún se conserva, en la calle San Juan número 28, con el balcón rematado con un blasón heráldico. Y precisamente para esta casa es para donde encargó, al poco de ser nombrado obispo de Salamanca, un retrato que presidió, durante 300 años, la sala de la sillería, solo visible para las visitas de la familia.
En 1962, la vivienda fue vendida por la familia Garreta, herederos de los Sancho Granado, que durante medio siglo lo han mantenido y cuidado. Ahora, esta misma familia –José Rafael Garreta, concretamente– lo cede al Ayuntamiento de Arganda. El regidor, Pablo Rodríguez Sardinero, agradeció la generosidad porque ahora «este patrimonio artístico y cultural podrá ser disfrutado por todos los vecinos».
El marco también
El retrato es un óleo de autor desconocido, de 105 x 80 centímetros, y en él José Sancho Granado aparece vistiendo traje eclesiástico, al tiempo que sostiene una carta en la que le comunican su nombramiento como obispo de Salamanca. En la parte inferior del cuadro hay una inscripción, añadida posteriormente, que enumera los cargos que ha gozado el prelado en vida y la fecha de su fallecimiento, el 29 de septiembre de 1748, cuando contaba 67 años.
Ahora, la pintura va a ser sometida a una completa restauración, que se prolongará hasta el próximo mes de enero. También será restaurado el marco, que es de la misma época. El cuadro ha sido cedido junto a otros documentos como el expediente de ejecutoria, donde los heraldistas demostraban la hidalguía y pureza de una familia.
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