curiosidades históricas
El meteorito que «bombardeó» Madrid en 1896
Los restos impactaron en diez puntos de la capital, desde Vallecas a Moncloa, algunos de ellos todavía pueden verse en el Museo Nacional de Ciencias Naturales
La caída de meteoritos es imprevisible tanto en la fecha como el lugar. Cualquier punto del planeta tiene la misma probabilidad de recibir impactos de este tipo. Sin embargo, la mañana del 1 0 de febrero de 1896 el caprichoso destino quiso que Madrid fuera el blanco de una lluvia de bólidos que «bombardeó» la capital .
El cielo estaba completamente despejado. Eran las nueve y media de la mañana –9 horas, 29 minutos, 30 segundos para ser exactos–, cuando un vivo relámpago de luz blanca azulada y rojiza iluminó intensamente toda la ciudad. Un minuto y algunos segundos después, se oyó también una explosión que hizo temblar hasta los edificios más sólidos .
Quienes alzaron la vista hacia el suroeste pudieron contemplar una nube, originada por el meteorito, que se alzaba sobre el horizonte. Tras explosionar a 24 kilómetros de Madrid, según los datos del arquitecto Pastells, sus fragmentos se dispersaron en múltiples puntos de la capital: Moncloa, la Quinta de los Ángeles, el Paseo de la Castellana, en la calle Serrano, en Las Ventas, en Puente y Villa de Vallecas , Prosperidad e incluso en Getafe . Fueron hasta un total de diez impactos. El resplandor fue tan grande y tan espectacular que llegó hasta las provincias de Madrid, Guadalajara, Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Albacete.
El que se desplomó cerca del Hipódromo llegó a tronchar la rama de un árbol y quedó incrustado en el suelo. Al caer produjo un ruido como el de una tela que se desgarra. Los trabajadores de la finca llegaron a recogerlo aún caliente. Quedaron tan impresionados que el propietario de la Quinta, el Señor Medina, quiso regalárselo a Antonio Cánovas del Castillo , el entonces presidente del Consejo de Ministros. El bólido estaba cubierto por una costra oscura debido a la combustión que sufrió al cruzar la atmósfera.
El de la calle Serrano se precipitó al lado del cuartel de la Guardia Civil . Lo recogió Gaustino Brañas, todavía incandescente. El fragmento que sí produjo daños fue el que cayó en Vallecas. La roca impactó contra la frente del farmacéutico Pedro Esteban. Él mismo recogió los fragmentos y los entregó a la Escuela de Minas. Uno de ellos es el que todavía hoy se expone en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.
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