Las otras caras del entrenador de fútbol que abusaba sexualmente de sus jugadores
Colgaba imágenes de chicas semidesnudas en su página de Facebook. También mensajes contra el maltrato a la mujer y los animales
Hasta el mes que entró en prisión, en agosto de 2013, Emilio Montero Hortelano no paraba de colgar en su Facebook fotos de jóvenes mujeres en ropa interior. «EEEEEEEEEEE mira que te gustan las titis eeee jajajajajaja», le decía uno de sus amigos virtuales. De cara a la galería ésa era la imagen que quería proyectar; pero cuando estaba a solas con algunos de sus chicos menores que entrenaba en el C. D. Lugo-Fuenlabrada aprovechaba para abusar de ellos sexualmente. Este martes reconoció en la Audiencia Provincial los dieciséis delitos por los que se le procesaba un año y dos meses después de haber entrado en la cárcel: la comisión de un delito de abuso sexual a un menor de trece años, de seis delitos continuados de abuso sexual, de dos delitos de abuso sexual, de cinco delitos de corrupción de menores y de otros dos delitos más de abuso sexual en diferentes grados.
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En su muro de esta red social compartía imágenes contra el maltrato a la mujer y contra el abandono de perros. Dejaba clara su pasión por el fútbol, sobre todo el Atlético del Madrid . Se mostraba crítico con la existencia de la pobreza, con la falta de respeto y promulgaba el amor a las personas. Pero su faceta perversa era otra, la que salía a relucir en su casa, con menores, donde su único ánimo era satisfacerse sexualmente con niños de su mismo sexo.
Pedían 36 años
La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Madrid aceptó el acuerdo de conformidad que en la primera sesión del juicio alcanzaron el Ministerio Público, las partes personadas y el ex entrenador. Emilio Montero se mostró conforme a una condena de 26 años, seis meses y once días de prisión, algo menos de los 36 años y nueve meses de cárcel que solicitaba para él la Fiscalía. El acusado reconoció que en el transcurso de la temporada deportiva 2012-2013, mientras prestaba sus servicios como entrenador en el club de fútbol Lugo-Fuenlabrada, «con la finalidad de procurarse satisfacción sexual», informa el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, realizó diversos tocamientos a varios jóvenes.
«Quiéreme»
A uno de ellos, mientras estaba lesionado, le acarició de forma libidinosa los glúteos, pese a la oposición del menor; a otro, aprovechando que dormían en la misma cama una de las noches, le tocó el muslo y las nalgas; a la noche siguiente le tocó la zona genital conminándole a que le acariciara también a él. Esta operación volvió a repetirla con posterioridad.
A otro menor, sirviéndose de la relación de confianza que mantenían, le invitó en varias ocasiones a su casa donde, también con ánimo libidinoso, hasta en seis ocasiones le tocó los glúteos y los muslos, llegando a masturbarle en dos ocasiones. En otro caso, tocó y masturbó a otro niño también en su casa, actuación que llevó a cabo con otro menor, al que después de masturbarle dio besos en la mejilla mientras le decía «quiéreme». Todos estos comportamientos los reprodujo con otros tres menores más.
Excursión a prostíbulos
En al menos cinco ocasiones incitó a cuatro menores a acudir a prostíbulos. Los llevó en su coche y esperó allí dentro a que los jóvenes mantuvieran relaciones sexuales con ellas. Al menos en una ocasión abonó el servicio. El acusado cumple prisión provisional comunicada y sin fianza por estos hechos desde agosto de 2013.
«Ahora nos sentimos tranquilos después de todo lo que ha ocurrido. Hubo gran inquietud entre los padres, sobre todo con el tema vestuarios y duchas», afirmaba ayer José Luis Núñez, director deportivo del club.