Isabel de la Fuente, Madre de Cristina Arce, una de las víctimas
«El Madrid Arena lo cierro aunque sea lo último que haga en la vida»
Tras conocer la petición de penas de la Fiscalía, asegura: «No vamos a consentir que les falten el respeto»
Incrédulas. Indignadas. Combativas. Así están las familias de las cinco jóvenes fallecidas en el Madrid Arena. «Lo que ha hecho la Fiscalía es dar una bofetada sin manos en la caras de las víctimas». Es lo que afirma la madre de Cristina Arce, Isabel de la Fuente, una de las niñas que pereció en la avalancha humana durante la fiesta de Halloween de 2012. Y es lo que piensan los demás, que no dan la cara. [Lea la respuesta de las acusaciones].
La pena de cuatro años de prisión por cinco homicidios imprudentes (9 meses por muerte) solicitada por el Ministerio Público para el principal acusado por la fiesta de Halloween, Miguel Ángel Flores, el promotor del evento , está siendo otro hueso difícil de digerir, pero De la Fuente seguirá luchando cueste lo que cueste.
—¿Qué se le pasó por la cabeza cuándo se enteró de que las penas solicitadas por la fiscal del caso oscilan entre los 2,6 años y los cuatro de prisión, la máxima, para Flores?
—Pensé: ¿Qué clase de broma es ésta? Es un insulto. No acierto a comprender cómo la Fiscalía se acoge a un artículo del año 82 del Código Penal y considere este caso como si fuera un accidente de tráfico porque no lo es, como tampoco puede ser igual que maten a dos o a 20 personas. La condena no puede ser igual.
—¿Cómo valora el escrito?
—No entiendo, cómo se le facilita a los medios de comunicación antes que a las partes. Y, después, considero que lo que ha hecho la Fiscalía es dar una bofetada en la cara de las niñas muertas. Me pregunto si esas personas tienen hijos y, si les pasara lo mismo, ¿pedirían la misma pena? Espero que no valoren su vida en esa indignidad.
—La Fiscalía entiende que no hubo dolo, es decir, intención de causar la muerte. Que hubo imprudencia y negligencia, por eso aplica el concurso ideal de delitos.
—¿No hay dolo cuando alguien vende el triple de entradas, cierra vomitorios y deja a la gente atrapada sin poder salir como en una ratonera? ¿Y, cuándo miente, esconde las urnas con las entradas y oculta el dinero, eso qué es? Se impone una respuesta muy seria. Un respeto para las víctimas. Yo no tengo idea de leyes, pero sí sé que de vida de una persona vale más de cinco meses.
—¿Qué piensa hacer?
—No lo sé. Que me lo explique, por ejemplo el fiscal general del Estado (FGE), qué es lo que sucede. Qué profesión es esa, y cómo se trata a las víctimas en este país porque no lo entiendo. O que me ponga una querella.
—¿Por qué lo dice?
—Porque, a mi juicio, lo que ocurre con ese señor (Flores), es lo que ocurre con todos cuando hay gente importante de por medio: van a favor del presunto (delincuente). Véase el caso Nóos o Bankia. Y, cuando hay algún juez que se atreve a meter a alguno de ellos en la cárcel, como Elpidio Silva, lo expulsan de la carrera judicial. Esa es mi opinión. O si no, que venga alguien de la FGE y me lo aclare porque no lo entiendo.
—¿Y en el caso de Flores, que cree que sucede?
—Que la Fiscalía de Madrid está actuando como abogado defensor del presunto desde el primer momento. Se podrían haber ahorrado el dinero de los abogados. No pidió prisión; no comprobó su fianza, pagada con bienes hipotecados; se opuso a todos los recursos y a la medida cautelar de que acuda a firmar a di a los Juzgados de Plaza de Castilla... Como, supuestamente, detrás esta el Ayuntamiento de Madrid, propietario del Arena, pues a saber qué conexiones no tendrá Flores... Porque, ¿qué pasa, que cinco muertes no valen nada? ¿Solo sus puestos y sus sillones?.
—Usted está empeñada en cerrar el pabellón de la tragedia.
—Sí. Me estoy reuniendo con los partidos políticos municipales para ver qué piensan hacer al respecto. Cerrarlo o subsanar sus deficiencias. Mañana lo haré con el PSOE. Todos quieren menos el PP. Lo único que quiero es que cumplan la palabra que me den. El Arena lo cierro aunque sea lo último que haga en la vida y, si tengo que dejar mi trabajo para ocuparme de este asunto, lo haré. Lo que no va a hacer nadie es reírse en la cara de cinco personas que han muerto por la codicia de unos y la acción u omisión de otros, aunque no hayan participado directamente en los hechos.
—¿Por qué quiere que se cierre?
—Porque no tiene licencia de funcionamiento, ni plan de evacuación, ni nada de nada en condiciones. De no hacerlo, ¿qué le van a decir al próximo muerto? «¡Oh!, lo siento mucho». No lo pienso permitir. Estoy muy harta en general.
—¿Podría explicarse?
—Es un insulto cómo se nos está tratando en todas partes. Porque, por ejemplo, el Ayuntamiento no ha suspendido de empleo y sueldo al hijo del encargado de la enfermería, Simón Viñals, que es funcionario y que estuvo trabajando en la fiesta. Tampoco le ha puesto ninguna multa a Flores por alquilarle el recinto a pesar de las deudas que tenía contraídas con la Seguridad Social. Tiene que esperar a que se celebre el juicio, y mientras tanto, ¿dónde está el dinero que obtuvo, quién lo tiene?... A lo mejor quieren que nos cansemos y dejemos de dar la lata, pero no saben con quien se enfrentan.
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