La Comunidad ve compatible que El Álamo y Casarrubios formen un único aeropuerto
Madrid construiría una única pista y la del aeródromo toledano, ampliada, quedaría como segunda. Esta fórmula permitirá un gran ahorro económico
El conflicto de compatibilidad aérea creado entre el aeródromo privado toledano de Casarrubios del Monte y el denominado Madrid-Suroeste, planteado por la Comunidad de Madrid en el término municipal del Álamo y por tanto separado solo por dos kilómetros en línea recta, tiene posibilidades de poder quedar solucionado si las dos partes asumen la solución que plantea la propia Comunidad de Madrid. Según el Estudio de Compatibilidad de Espacio Aéreo elaborado por la Consejería de Transportes, Infraestructuras y Vivienda madrileña, al que ha tenido acceso ABC, se considera que «la puesta en operación del nuevo aeródromo Madrid-Suroeste es compatible con el espacio aéreo», es decir, con la actual actividad que ahora mismo se desarrolla desde la infraestructura aérea situada en Casarrubios.
La solución planteada por la Comunidad supone, básicamente, que los aeródromos de Casarrubios y Madrid-Suroeste sean uno solo y se gestionen de forma consensuada, de manera que convivan bajo un único espacio aéreo y haya al mismo tiempo acuerdo empresarial. Además, hay que tener en cuenta que la propuesta que pone encima de la mesa la Comunidad madrileña, que a pesar del revés que supuso la retirada del proyecto de Eurovegasse ha mantenido firme en su intención de construir el aeródromo Suroeste, nace después de que el Ministerio de Fomento, competente en todo lo referente a permisos aeronáuticos, solicitara expresamente que la solución propuesta pasara por la integración de ambas infraestructuras.
Naturalmente esa compatibilidad está sometida a una serie de condiciones. Las primeras son de índole técnico, como el establecimiento de un ATZ, o lo que es lo mismo el radio de control de tráfico aéreo, cuyo límite es un círculo de 5 kilómetros, así como la ampliación de los límites laterales del sector TMAD-MDR, es decir, del área de afección de Barajas.
Circuito de tránsito
Asimismo, se propone la definición del circuito de tránsito de Madrid-Suroeste hacia el lado norte de la pista y la definición del circuito de tránsito actual del aeródromo de Casarrubios. También se apunta la necesidad de que exista una coordinación continua con la base aérea de Getafe para aquellas operaciones que así lo requieran.
En todo caso, el punto clave del posible acuerdo se establece en la denominada «Carta de Acuerdo con el aeródromo de Casarrubios», ya que ahora mismo sería imposible la coexistencia de ambas infraestructuras aeronáuticas ante una evidente colisión de sus respectivos espacios aéreos. En esta carta se definen todos los procedimientos operacionales y métodos de coordinación que deben ponerse en práctica entre la torre de control del aeródromo Madrid-Suroeste y el aeródromo de Casarrubios.
Al margen de la definición de todas las condiciones de vuelo y control, lo fundamental pasa por el rediseño de las infraestructuras. Así, una de las condiciones más importantes conlleva la modificación de la actual pista de Casarrubios, que tendría que ser ampliada en unos 300 metros hacia territorio de Castilla-La Mancha, operación que permitiría convertirse en la segunda pista del aeródromo madrileño. De llevarse a cabo esta modificación en Casarrubios, el nuevo aeródromo madrileño solo tendría que construir una única pista, con el consiguiente ahorro económico.
Como se establece en el estudio, todas estas propuestas están pendientes de autorización por parte del Ministerio de Fomento, aunque ya es sabido que considera técnicamente buena la solución aeronáutica que se propone en el Estudio de Compatibilidad.
Aviación de negocios
A finales del año pasado, el consejero de Transportes, Infraestructura y Vivienda de Madrid, Pablo Cavero, dejó claro que el aeródromo de El Álamo tiene como principal objetivo dar servicio a la aviación de negocios, un proyecto en el que se daría entrada a la iniciativa privada, de manera que su construcción y puesta en marcha no le cueste ni un euro a la administración. Por tanto, sería de titularidad pública pero bajo gestión indirecta.
Las previsiones apuntan a una primera fase que crearía unos 6.000 empleos y un volumen inicial de 50.000 vuelos anuales, que en una segunda fase podría alcanzar los 100.000. Además de la aviación ejecutiva de Barajas, se contempla absorber la aviación general que sale de Cuatro Vientos, que será trasladado por las quejas de los vecinos debido a su complicada ubicación.
Y hay otro factor fundamental: el político. Una solución como la planteada evitaría hipotéticos conflictos entre las comunidades de Madrid y Castilla-La Mancha, un terreno que hasta ahora las dos administraciones han querido evitar. La cercanía de las elecciones puede acelerar el proyecto.