CRISIS DEL ÉBOLA

Los médicos que tratan a Teresa se sienten seguros con el mismo traje de protección

Cuando salen del turno hacen sus vidas con normalidad. Solo se controlan la temperatura

Los médicos que tratan a Teresa se sienten seguros con el mismo traje de protección reuters

tatiana g. rivas

«¿Pero vosotros creéis que si los trajes no fueran seguros nos meteríamos en la habitación?». Es la pregunta retórica con la que Fernando de la Calle Prieto, uno de los componentes del equipo médico de medicina tropical que trata a Teresa Romero en el Carlos III , despeja las dudas sobre la seguridad de los trajes de protección individual contra el ébola. Continúa siendo la misma equipación con la que contaba Teresa. «Es el traje más adecuado, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades », explica De la Calle a los medios de comunicación en este centro.

Reconoce que cuando el medio centenar de profesionales sanitarios que atiende a Teresa en la sexta planta terminan su turno continúan con su vida normal. «Estamos más atentos con la temperatura corporal. La tenemos que controlar durante los próximos 21 días», garantiza.

El equipo, seguro

De la Calle afirma que el medio centenar de personas que atiende a Teresa se siente seguro. «El personal de enfermeria y los auxiliares son los que más riesgo corren. Son los más expuestos al entrar en contacto con las vías, los residuos y fluidos. Los médicos los que menos peligro asumimos», señala.

Este especialista puntualiza que sus profesiones son de riesgo. «Teresa fue una de las grandes valientes que se atrevió a ser de las primeras en ofrecerse voluntaria para esta labor. Ahora nuestra prioridad es Teresa, su salud y luchar por ella».

Más supervisión al quitar los trajes

Las obras continúan en el último piso del Carlos III para ampliar las esclusas. Este profesional informa de que ahora se supervisa más a los compañeros a la hora de quitarse el traje. «Vemos si hay heridas o arañazos, por ejemplo. Mediante los ojos de buey de las esclusas se controla», añade. No obstante, matiza, «las indicaciones siempre se han seguido. Dentro de la esclusa hay carteles para seguir los pasos, un espejo y además personal fuera que te está controlando». Se sienten orgullosos de su gran labor durante las 24 horas del día. La batalla sigue en este hospital para salvar a la auxiliar de enfermería.

Los médicos que tratan a Teresa se sienten seguros con el mismo traje de protección

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