El pederasta de Ciudad Lineal, a su exnovia: «Voy a violar a tu hija; te vas a enterar»
Antonio Ortiz fue denunciado por malos tratos. «No tengo miedo a nadie. Siempre salgo absuelto», se jacta
Que el presunto pederasta de Ciudad Lineal , Antonio Ortiz, es muy violento nadie lo duda. Basta ver su amplio historial delictivo, en el que le constan no solo las cinco agresiones sexuales que se le imputan ahora y que han provocado que esté en prisión provisional; sino por los ocho antecedentes anteriores , algunos de las cuales incluyen amenazas, secuestro, robos con fuerza y con violencia, pertenencia a banda organizada y violencia de género.
Su frialdad, falta de empatía y sentimientos, incluso hacia sus más íntimos, así como el nulo control de sus impulsos se ponen en evidencia en una de las peleas que protagonizó con una de sus antiguas exparejas de nacionalidad venezolana. En el rifirrafe verbal que mantuvieron llegó a espetarle, preso de la ira: «Te vas a enterar: voy a violar a tu hija; te acordarás de mí», según ha podido saber ABC.
La mujer, atónita, no podía dar crédito a lo que estaba escuchando. La cría, hija de una relación anterior, era también menor. Asustada, tras continuar juntos un tiempo, acabó denunciándole. Finalmente, le dejó.
Su chulería y prepotencia y el hecho de considerarse «impune», tal y como comenta en la prisión de Soto del Real, le llevan a asegurar: «No tengo miedo a nadie. Siempre salgo absuelto de todas mis fechorías», se vanagloria, algo de lo que también alardeó ante la titular del Juzgado de Instrucción número 10.
Le «ficharon» en un bus
Esa actitud de superioridad, que esconde un acusado complejo de inferioridad –según los expertos–, a la par que de imprudencia, la tuvo también en una de las identificaciones de las que fue objeto Ortiz a primeros de septiembre, antes de su huida a Santander al sentir el aliento de la Policía en el cogote. Estaba en una parada de autobús en la carretera de Canillas, muy cerca del lugar donde raptó a la última menor dominicana, de 7 años, el 22 de agosto. Varios agentes le abordaron, tras hablar con otras dos mujeres que estaban esperando el transporte público: «¿Es este?», les preguntó. La excusa que emplearon fue una trifulca entre una pareja. «¿Has discutido con tu novia? Identifícate», le indicaron, según las fuentes consultadas.
«¡Otra vez!», protestó Ortiz, en alusión a otra ocasión en la que le requirieron la documentación. Era una treta policial para asegurarse de que su físico correspondía a los datos previos que manejaban. Les mostró el DNI y los agentes memorizaron su identidad. Las piezas encajaban. Entonces fue cuando uno de los agentes dijo las palabras clave: «Es él, jefe».
A partir de ahí, el presunto pederasta, acorralado, abandonó Madrid. El resto de la historia ya es conocido. De momento, se está a la espera de la rueda de reconocimiento por parte de las víctimas , la semana próxima.
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