Lotería de Navidad
Cábalas, costumbres y supersticiones en torno al Gordo
Ni soñar con un número ni confiar en San Pancracio y el perejil influye en las bolas del bombo
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A Laura le asaltó un sueño en el que dibujaba un número: el 00943. Cuando despertó, le pidió a su novio que comprara un décimo de la Lotería de Navidad con esa cifra, porque tenía la corazonada de que aquel sueño había sido revelador. David obedeció a su novia y adquirió en la administración nº1 de Onil, en Alicante, un décimo que el 22 de diciembre de 2015 resultó premiado con uno de los quintos premios.
En 2004, fue Hilaria Pérez Olmedo, regente de un casino de Baza quien soñó con que el Gordo acabaría en «00» y compró en la Bruja de Oro. Su decisión llevó 800 millones de euros a esta localidad granadina.
Casos como éstos llevan a muchos a pensar que existe una conexión entre los sueños y el azar, más allá de la mera casualidad. « Damos valor a los sueños porque siempre queremos saber lo que nos va a deparar el futuro », afirma el neurocientífico José Ramón Alonso mientras explica que «interpretar los sueños, los posos de la bebida, las aves, las entrañas de los animales es algo que llevamos haciendo muchos siglos».
Soñar con un número «no» tiene ningún significado , según subraya el catedrático de la Universidad de Salamanca, por muchas interpretaciones que se den en algunos libros sobre cábalas. Uno de los más conocidos, impreso en Milán en 1604 y titulado «La Borsa dÓro, ossia La Nuova Cabala aperta ai Giocatori del Lotto con le piú ampie spiegazioni di Sogni», afirma tener la clave para interpretar los sueños. Así, si uno sueña con un abanico, según esta obra italiana debe comprar un décimo con un 2 seguido de un 5 o un 3 seguido de un 7. Si, en cambio, el protagonista es un abogado, la suerte recaerá en un número 2 junto a un 8, un 3 seguido de un 1 o unn 8 seguido de un 2.
«Son supersticiones sin ningún fundamento» , remarca Alonso.
Otros confían su suerte a San Pancracio , interpretando en sentido literal el mensaje religioso del libro con el que se le suele representar y que reza: «Venid a mí y os daré todos los bienes». Se desconoce cómo nació la creencia de que este santo «tiene mano» con la lotería, aunque quizá las empleadas de la administración de lotería de Madrid que repartió el Gordo en 1982 tuvieran algo que ver en su popularidad ya que no dejaron de atribuir su suerte a San Pancracio.
La fórmula «mágica» en torno a esta figura contempla que la imagen sea regalada, que debe colocarse dinero cerca y hay que colocar cerca un ramo de perejil, según explica Javier Peso en su estudio sobre « La religiosidad popular: Antropología e historia I, volumen 1 ».
El sacerdote Carlos Ros Carballar, autor de «San Pancracio, salud y trabajo», indica que la costumbre del perejil nació en el convento sevillano de las monjas clarisas de Santa María de Jesús. «Hace unos años, había una gitana que pedía limosna y ofrecía prejil en las puertas del convento, como ahora hacen otras con romero en los alrededores de la catedral. La gente entraba con el perejil y se lo ofrecía a San Pancracio. De esa ocurrencia de la gitana viene la costumbre», relató a ABC en 2016 mientras subrayaba que San Pancracio ha sido tradicionalmente el santo de la salud y el trabajo. « No tiene nada que ver con la lotería ».
A partir del día del sorteo, recuerda que puedes comprobar si has obtenido algún premio de Lotería de Navidad .