Los peligros de blanquear dinero mediante la compra de lotería premiada

Algunos defraudadores intentan sortear a Hacienda a través de la adquisición de billetes agraciados. Su transmisión puede acarrear consecuencias negativas tanto a efectos fiscales como legales para los vendedores

Los peligros de blanquear dinero mediante la compra de lotería premiada Juan Carlos Soler

j. t.

El próximo 22 de diciembre, después de que se repartan todos los premios de la Lotería de Navidad y el champán riegue las calles de los municipios agraciados, algunas cejas se enarcarán en el Ministerio de Hacienda. Una práctica delictiva presente en operaciones tanto de narcotráfico como de corrupción inmobiliaria en las últimas décadas ha sido la compra de billetes premiados por cantidades superiores a lo ganado con el objetivo de blanquear dinero. Una tentación que acarrea sus riesgos para el vendedor.

El sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha) alerta de las consecuencias de vender el billete ganador a posibles defraudadores. Esta maniobra supone, en palabras del organismo, «un auténtico engaño para los agraciados», quienes difícilmente podrán acreditar el origen de esos fondos ante una inspección tributaria, pudiendo terminar con un acta de suspensión que supere, entre la deuda y la sanción, más de la mitad del importe ganado.

Los defraudadores suelen recurrir a estas prácticas para sortear el pago de impuestos. Desde Gestha calculan que se suele ofrecer al poseedor del billete agraciado en torno a un 20% de sobreprecio frente a lo ganado, aunque desde que los premios de la Lotería tributan a un tipo del 20% de lo ganado –con los primeros 2.000 euros exentos–, los técnicos de Hacienda admiten que este margen ha aumentado.

A modo de ejemplo, un contribuyente con unos ingresos brutos anuales de 30.000 euros que resultase agraciado con un premio de 300.000 euros y que optase por vender su billete a un defraudador a cambio de 350.000 euros, podría verse obligado a pagar al Fisco más de 175.000 euros en caso de que se descubriese la ganancia patrimonial no justificada, calculan desde Gestha. «Por llevarte un pellizco más puedes acabar pagando la mitad del premio en impuestos en lugar del 20% recogido por ley», resume el presidente del sindicato, Carlos Cruzado.

A ello se le suman riesgos adicionales. «A partir de 120.000 euros de fraude se comete delito fiscal. Además de tributar lo ganado al marginal máximo del IRPF –del 52%– puede acarrear responsabilidad penal», subraya Carlos Cruzado, quien admite que la práctica de blanquear dinero a través de boletos ganadores ha caído en desuso. «Ahora los defraudadores aprovechan otras vías de escape frente al Fisco como transferencias a paraísos fiscales», señala.

Sospechosos habituales

Algunas de las principales operaciones delictivas de corrupción, narcotráfico o prostitución de nuestro país tienen en común un reguero de números ganadores de la Lotería. Por ejemplo, a la familia del cerebro de la operación Malaya, Juan Antonio Roca, le tocó en apenas seis meses cinco premios por valor de 646.033 euros. El propio Roca admitió comprar los billetes premiados de lotería, quiniela y Bonoloto para «evitar el impuesto del dinero que tenía» en caja en su casa.

Ante la posibilidad de contribuir a blanquear dinero que puede proceder de corruptelas, narcotráfico o prostitución conviene no sucumbir a la tentación: Gestha recomienda a los agraciados por el sorteo que depositen los premios en una entidad financiera, de manera que sea esta la encargada de gestionar su cobro. Asimismo, sugiere que rechacen cualquier transmisión del billete premiado, por mucha seguridad y garantía que aparentemente pueda ofrecer el comprador.

Los peligros de blanquear dinero mediante la compra de lotería premiada

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