especial fin de año
Los diez clásicos sin los cuales no se entendería la Navidad
Se come, se canta, se consume mucha más televisión y, por encima de todo, se comparte en familia. Esta es la Navidad más tópica (utópica, para otros) y a la que, sin embargo, no nos gusta renunciar
Se come, se canta, se consume mucha más televisión y, por encima de todo, se comparte en familia. Esta es la Navidad más tópica (utópica, para otros) y a la que, sin embargo, no nos gusta renunciar
1
Ritos en la fecha más cálida
Son fechas de solidaridad. Alegría. Cristiandad. Son fechas de fe. Tal vez, simplemente, en que toque el Gordo y cambie el rumbo que marca la siempre desconcertante realidad. Otras veces, fe recobrada en el ser humano y en la unión familiar. Por eso, el primer ritual que no debe faltar cada Navidad es ése, el de contar con el prójimo para hacer de estas fechas un «manjar» especial.
Si de rituales católicos hablamos, no faltarán los villancicos. Si nos quedamos con esas viandas tradicionales, no se olvidarán los turrones, dulces, polvorones y chocolates sobre la mesa. Si hablamos de suerte, entonces la fortuna llama a la puerta el 22 de diciembre, con el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad , que tiene «repesca» con otro bombo, el de cada 6 de enero con la Lotería de El Niño. Otros, sencillamente, lo que ponen en práctica cada invierno son las supersticiones y más que rituales navideños, dan alas a todo tipo de superchería.
En toco caso, quedémonos con el subterfugio que nos quedemos, cualquiera de ellos es bueno para pasar la mejor de las Navidades, la etapa más cálida, hogareña y altruista del año.
2
Preparativos: en la Plaza Mayor, puestos y demás
Además de comida, se ultiman decenas de preparativos en apenas unos días. Como si de unas máquinas se tratase, se hacen miles de gestiones en unas horas: se compran los adornos y el resto de la decoración navideña, para los hogares y el plato. Además, se compran los regalos para toda la familia y se viste uno de gala en cada ocasión que encuentra, así que si es necesario, se ultiman también las compras para uno mismo. Ropa, abalorios, el complemento que queda para lucir modelito... Se busca en aquella tienda perdida el obsequio que una vez tu pareja vio en el escaparate y con el que quieres sorprenderle en estas fechas. Se compra la figura del Belén que se rompió el año pasado en los puestos de los mercadillos, como el flamante de la madrileña Plaza Mayor...
Es como ver el «día de la Marmota» de Jim Carrey en versión anual. Es como observar desde fuera a un personaje en cámara acelerada completar el último tramo del año. Fotograma a fotograma: comprando en unos grandes almacenes una bufanda invernal para que no se constipe el abuelo, el patriarca de la familia, que llegará refunfuñando a la elaboradísima cena de Nochebuena alegando que él siempre prefirió una sopa a tanto plato de «nouvelle couisine»; enfrente de una tienda de bolsos decidiendo si por quinto año consecutivo vas a llevarle un complemento a tu madre que declinará porque no lo necesita y en su mente estaba la «trituradora»; en la Iglesia advirtiendo las novedades que este año incorpora el Belén local...
3
Cenas de empresa, castañas, polvorones, marisco, cordero...
Y en medio de todos esos preparativos no fallan las mesas repletas de comida. Viandas y manjares a borbotones, para comer como si no hubiese un mañana. La hora de la dieta llegará en plena cuesta de enero cuando el exceso de kilos compense lo ligeros que se dibujan los bolsillos.
El pistoletazo de salida de las copiosas comidas empieza una noche, la cena de empresa, en la que amén de tener que ver cómo supera el nivel de alcoholemia el jefe más temido o el compañero de oficina más detestado, también se da cuenta de una abundancia alimenticia que no cesará hasta pasado el día de Reyes. Las ciudades más frías se llenan de puestos ambulantes de castañas calientes. Los establecimientos que sirven churros y chocolate caliente se ponen las botas en pleno diciembre. Hacen su agosto también los fabricantes de turrones, polvorones y todo tipo de dulces exponencialmente más demandados en tres semanas de diciembre que en todo el resto del año.
Y así llega la mesa de Nochebuena, la de Navidad, la de Nochevieja, Año Nuevo y Reyes y sobre el tapete no falta un entremés, un buen trozo de cordero o una buena sobredosis de marisco, todo ello maridado con champán, vino y otros licores. Para alzar la copa y brindar al unísono: es la Navidad más tópica, pero que no nos quiten la Navidad.
4
El día que voltea la suerte
22 de diciembre. Sorteo Extraordinario de la Navidad y miles de miradas postradas sobre unos bombos y sus diminutas bolas de la fortuna en su interior. Podríamos mentar mil y un rituales, sortilegios y supersticiones maniatadas a este día, pero repetiremos, como la cantinela repiqueteante de los niños de San Ildefonso y las inmensas colas que en los días, incluso semanas, previos se forman en derredor de adminsitraciones «tocadas» previamente por la varita mágica del reparto de suerte. En la leridana de Sort, ya llueven los millones (pero de peticiones de décimos vía internet), y en la madrileña Doña Manolita, ni las vecinas adminsitraciones loteras ni los puestos de venta ambulante más cercanos, consiguen hacer sombra a sus legendarias filas de personas aguardando una sonrisa cómplice de esa «diosa» que tanta falta siempre hace.
Como información, el Premio Gordo es este año de 640 millones de euros, 4 millones de euros a la serie; mientras que el segundo premio repartirá 200 millones de euros y el tercero, 80 millones. Como todos los años, el precio del boleto es de 20 euros. Se reparten, en total, 24.486.400 premios. El Sorteo consta de 160 series de 100.000 números cada una, siendo el total de la emisión de 3.200 millones de euros. Se van a repartir en premios el 70% de la emisión, es decir, 2.240 millones de euros (y esto ya no se hace tampoco novedoso, porque Hacienda ya amarró parte de la remuneración). Pasada la mañana del día 22 (que cae en lunes este 2014), que amanece en todas las casas con el soniquete de los graciosos pero martilleantes niños del colegio madrileño de San Ildefonso, también se repiten los ancestrales ritos: confiar en la siguiente ruleta de la gracia (para el 6 de enero siguiente), más si cabe si ha tocado un pellizquito o la devolución del dinero del boleto para reinvertirlo en el próximo giro afortunado de los bombos y el típico argumentario de los agraciados de que invertirán el monto en lo de siempre, «tapar agujeros» y distribuir entre los más desfavorecidos que, por cierto, pocas veces ven algo de lo prometido.
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Música celestial en nuestros oídos: el anuncio lotero
No solo los niños del colegio ponen melodía a estas fechas. De entre todos los anuncios, nos quedamos con el siempre reiterativo de la Lotería de Navidad , que antes usaba un calvo y este año, por ejemplo, rodado en la localidad madrileña de Villaverde, da protagonismo este año a las vivencias humanas y rodeales. Bajo el claim «El mayor premio es compartirlo». Nos cuenta la conmovedora historia de Antonio y Manuel que son a la sazón el dueño d un bar y uno de sus parroquianos, que va a despositar todas sus esperanzas en el décimo de lotería que le ha guardado elpropietario del hotel.
Jugar en equipo es unas de las costumbres a las que más recurren los españoles, según Loterías y Apuestas del Etado. El en el sorteo de Loterías es al que más se juega en grupo, así que en el bar de Antonio no solo Manuel se beneficia de la ilusión.
El anuncio de la Lotería de Navidad que tanto ha gustado a los españoles este año ya se ha convertido en uno de los más aclamados después de la desaparición del calvo. La emotiva historia que sirve de hilo conductor es, en realidad, una historia que le sucedió al tío del director creativo de la empresa que se encargó de realizar el spot, Juan García Escudero, tal y como cuenta Vanitatis.
LEl tío del creativo compraba todos los años el décimo en el hospital donde trabajaba en Palencia, excepto el año en el que fue premiado porque se había ido de vacaciones y no pudo. Nadie se acordó de guardárselo. Lo normal si pasa al resto de los mortales, aunque algunos igual tienen suerte este año y se acuerdan por el anuncio.
Escudero también ha hablado de ese error de ortografía que aparece en el bar. Ha explicado que no fue un signo de ignorancia ni algo que se pueda criticar con dureza ya que "estaba puesto así por los dueños reales" y no quisieron borrárselo.
El anuncio de la Lotería acerca a los telespectadores el lado más humano de este sorteo, lo que podría pasar si no compramos un décimo, cómo les cambia la vida a las personas que tienen el premio gordo. Esos ingredientes, explica el director creativo, han sido las claves del éxito del spot, que se ha alejado del mundo del soñar con que nos toque. Este año tocó en el bar de Antonio.
De entre todos los villancicos, nos quedamos con el especial que año tras año se reserva en TVE al cantante Raphael quien, el año pasado, se multiplicó por dos y apareció también cantando en el anuncio lotero.
6
Raphael siempre vuelve a la tele por Navidad
No solo los niños del colegio ponen melodía a estas fechas. De entre todos los anuncios, nos quedamos con el siempre reiterativo de la Lotería de Navidad , que antes usaba un calvo y este año, por ejemplo, rodado en la localidad madrileña de Villaverde, da protagonismo este año a las vivencias humanas y rodeales. Bajo el claim «El mayor premio es compartirlo». Nos cuenta la conmovedora historia de Antonio y Manuel que son a la sazón el dueño d un bar y uno de sus parroquianos, que va a despositar todas sus esperanzas en el décimo de lotería que le ha guardado elpropietario del hotel.
Jugar en equipo es unas de las costumbres a las que más recurren los españoles, según Loterías y Apuestas del Etado. El en el sorteo de Loterías es al que más se juega en grupo, así que en el bar de Antonio no solo Manuel se beneficia de la ilusión.
El anuncio de la Lotería de Navidad que tanto ha gustado a los españoles este año ya se ha convertido en uno de los más aclamados después de la desaparición del calvo. La emotiva historia que sirve de hilo conductor es, en realidad, una historia que le sucedió al tío del director creativo de la empresa que se encargó de realizar el spot, Juan García Escudero, tal y como cuenta Vanitatis.
LEl tío del creativo compraba todos los años el décimo en el hospital donde trabajaba en Palencia, excepto el año en el que fue premiado porque se había ido de vacaciones y no pudo. Nadie se acordó de guardárselo. Lo normal si pasa al resto de los mortales, aunque algunos igual tienen suerte este año y se acuerdan por el anuncio.
Escudero también ha hablado de ese error de ortografía que aparece en el bar. Ha explicado que no fue un signo de ignorancia ni algo que se pueda criticar con dureza ya que "estaba puesto así por los dueños reales" y no quisieron borrárselo.
El anuncio de la Lotería acerca a los telespectadores el lado más humano de este sorteo, lo que podría pasar si no compramos un décimo, cómo les cambia la vida a las personas que tienen el premio gordo. Esos ingredientes, explica el director creativo, han sido las claves del éxito del spot, que se ha alejado del mundo del soñar con que nos toque. Este año tocó en el bar de Antonio.
De entre todos los villancicos, nos quedamos con el especial que año tras año se reserva en TVE al cantante Raphael quien, el año pasado, se multiplicó por dos y apareció también cantando en el anuncio lotero.
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¿Quién da las campanadas?
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Reposiciones de películas: Dirty Dancing y hubo años de Lina Morgan hasta en la sopa
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Saltos de esquí y otros deportes
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