Jennifer Aniston y el feo de los Oscar: «No está mal ser la rechazada número uno»

«Me sorprendió cuantos mensajes recibí de '¡Que les den!' y '¡Te han robado!'», cuenta la actriz

Jennifer Aniston y el feo de los Oscar: «No está mal ser la rechazada número uno»

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Fue una de las grandes sorpresas de las nominaciones de los Oscar 2015: a pesar del aluvión de alabanzas, y de figurar en todas las quinielas , Jennifer Aniston se quedó fuera del quinteto que optará a la estatuilla dorada, en la categoría de mejor actriz , el próximo 22 de febrero. Pocos contaban con Marion Cotillard, estupenda en su papel en Dos días, una noche, de los hermanos Dardenne. La irrupción de la francesa descolocó cualquier previsión.

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Aniston, a pesar de reinventarse sin maquillaje y con kilos de más en «Cake» , donde interpreta a una mujer marcada física y psicológicamente por un accidente, se quedó a las puertas de la gloria. Ser candidata al Oscar hubiera supuesto un espaldarazo considerable a una carrera conformada, hasta ahora, por su rol de Rachel en la serie «Friends» y un puñado de comedias que no pasarán a la historia.

Y sin embargo, Aniston se ha tomado el chasco de los Oscar con una serenidad elogiable. «Me sorprendió cuantos mensajes recibí de '¡Estoy en shock!', '¡Que les den!' y '¡Te han robado!'», explicó la actriz a Huffington Post en su edición para EE.UU. «Me resultó bastante encantador y halagador que hubiera tanta gente apoyándome. Fue casi tan bueno ser la rechazada número uno que estar nominada», añadió entre risas.

La intérprete intenta ver el lado bueno de ese desaire: «Ahora no tengo ninguna presión». Y se queda con la buena acogida de su trabajo. Pero más aún con lo que supuso para sí misma. «Necesitaba hacerlo [el papel] para demostrarme que era capaz de lograrlo. Así que no estaba sentada, frustrada porque no conseguía ciertos papeles porque alguien sabía algo que yo no sabía: que no podía hacerlo», explicó.

Su mayor preocupación

Para el rol de «Cake», Aniston no solo desfiguró su rostro (con falsas cicatrices) y su cuerpo (ganó peso), sino que tuvo que meterse en la piel de una mujer que únicamente es capaz de afrontar el día a día con la ayuda de drogas. Y esto motivó su mayor motivo de preocupación: el desafío de encarnar de forma creíble una adicción como la que sufre su personaje.

«Hable con un psicofarmacólogo, un terapista y también una persona que ayuda a gente con dolor crónico. Quería entender cuáles son los efectos de mezclar narcóticos con bebida cuando tienes dolor. ¿Te coloca? ¿Te atonta? Los opiáceos hacen que sientan cierta euforia, ¿pero qué pasa cuando las drogas ralentizan tu cuerpo? Esto implica una parte física».

A juzgar por las entusiastas críticas recibidas, Aniston salió bien parada ante este desafío.

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