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Diez hechos misteriosos de la desconocida Guadalajara
La provincia ha sido testigo de casos de objetos volantes no identificados (ovnis), espíritus que interactúan con los vivos o enclaves cuya leyenda se remonta al principio de los tiempos. Un recorrido por la «Guadalajara mágica» en diez sucesos representativos de decenas de historias más que se esconden entre los parajes de esta desconocida tierra
Actualizado: GuardarLa provincia ha sido testigo de casos de objetos volantes no identificados (ovnis), espíritus que interactúan con los vivos o enclaves cuya leyenda se remonta al principio de los tiempos. Un recorrido por la «Guadalajara mágica» en diez sucesos representativos de decenas de historias más que se esconden entre los parajes de esta desconocida tierra
12345678910Ovnis sobrevuelan la plaza de Santo Domingo
Foto realizada desde la plaza de Santo Domingo con la iglesia de San Ginés al fondo - pavlemadrid Eran las diez menos cuarto de la noche del 13 de septiembre de 1987 cuando los alcarreños se disponían a celebrar el último día de Ferias y Fiestas de la capital. Muchos de ellos paseaban por la plaza de Santo Domingo cuando algo en el cielo, un objeto grande y luminoso, cruzaba de norte a sur los cielos. El periódico provincial Nueva Alcarria recogía en sus páginas el hecho, con el testimonio de varios testigos, entre ellos el empleado de un banco que afirmó ver un «disco plateado» que se desplazaba sin hacer ningún ruido. Una segunda persona, en fechas cercanas, afirmó que mientras conducía por la carretera CM-101, cuando ya estaba a punto de entrar en Guadalajara, vio sobre la ciudad «una bola de color anaranjada, algo más pequeña que una luna llena», según cuenta la web Guadalajara Misteriosa, donde se recogen la mayoría de los hechos que se relatarán a continuación con expedientes, recortes de prensa y testimonios.
El expediente desclasificado de Sacedón
Varios bólidos se han visto sobrevolando los pantanos de Guadalajara, como el de Sacedón - magrama Uno de los primeros informes desclasificados del Ejército en 1992 (y recogidos en el libro de Vicente-Juan Ballestes Olmos, «Expedientes insólitos» -Temas de Hoy, 1992-) involucraba a la provincia de Guadalajara. El escrito recoge que mientras un matrimonio viajaba en coche desde la urbanización «Las Brisas» a Sacedón, sobre las ocho y media de la tarde, vio un objeto esférico «desplazándose a poca velocidad». Según la denuncia de la pareja a las autoridades, el ovni presentaba «un color rojo llameante en su parte delantera, cuerpo plateado y estela azul». El tamaño, «como la Luna o más pequeño», tal y como relataron los testigos, se encontraba a menos de 300 metros de su coche y siguió una trayectoria recta hasta desaparecer tras cinco o seis segundos. El Ejército investigó la denuncia, aunque tal y como refleja el acta, «no se encuentra ninguna explicación a este fenómeno». Varios periódicos recogieron testimonios parecidos en la misma fecha, concretamente en Madrid y en Ciudad Real (en este último los testigos aseguraron ver «un gran disco volante despidiendo reflejos azulados y chispas rojizas»).
La abducción de Julio F.
Dibujo realizado por Julio F. que representa lo que vio en el interior de la nave El caso de Julio F. fue uno de los más mediáticos de los 70, una época prolífica en avistamientos. Este hombre, que explicó su caso delante de un grupo de investigadores, relató que fue abducido en el año 1978 junto a su perro Mus mientras se dirigía de caza a Soria. En la carretera N-II, concretamente en el kilómetro 114, cerca del pueblo alcarreño de Torremocha del Campo, Julio vio una rara luz en el cielo por la que tuvo un peligroso accidente con su coche. Más de un año después, este hombre se sometió a diferentes sesiones de hipnosis en las que relató como a continuación del incidente vio como unos humanoides lo llamaban por su nombre. Julio se fue tranquilizando y aceptó la invitación de estos seres que le pedían que fuera con ellos a su nave, donde, al parecer fueron examinados tanto él como su perro durante horas, aunque sin sufrir daño alguno. El caso quedó en la memoria colectiva de la ufología española por ser uno de los testimonios más completos hasta la fecha, punto que escamó a los investigadores. El periodista alcarreño y director del programa radiofónico « Dimensión Límite», David Cuevas, entrevistó a uno de los expertos que apoyaba el caso, José Luis Jordá Peña. Este investigador, odiado y amado a partes iguales, le reveló que adiestró a Julio F. para que contase esa historia en sesiones de hipnosis para dar un relato con muchas similitudes con otro caso inventado por él mismo, el conocido affaire UMMO.
Las brujas atemorizan a los niños de Pareja
Uno de los callejones de Pareja, donde varias supuestas brujas atemorizaron al vecindario - turismo clm La historiadora y escritora María Lara publicaba el año pasado el libro «Brujos, magos e incrédulos en la España del Siglo de Oro» (Aldebarán, 2013), una compilación de los sucesos mágicos recogidos en diferentes escritos en nuestro país en los siglos XVI y XVII. Así encontró el acta de los juicios a Francisca Ansarona y Quiteria de Morillas, vecinas de Pareja,que fueron denunciadas utilizar las vísceras de niños para elaborar pócimas macabras, llegándose a autoinculpar una de ellas sobre los hechos. Tiempo después de su muerte, volvió a cundir el pánico cuando las hijas de la Morillas, Ana la Roa y María Parra, fueron consideradas brujas por los vecinos de Pareja al volver a sucederse la muerte de niños por causas desconocidas. La Inquisición condenó a María Parra a recibir 100 azotes por las calles, montada en un asno y desnuda de cintura para arriba. A voz de pregonero le fue decretado el destierro del obispado de Cuenca.
El exorcismo de Tartanedo
De la iglesia donde se acontecieron los hechos solo se conserva la portada - turismo clm La iglesia de San Bartolomé, en Tartanedo, guarda un retal manchado de sangre que se dice que es fruto de la conversión de unas hostias consagradas que fueron profanadas por los franceses en la Guerra de Sucesión española. Un lienzo que el cronista alcarreño Antonio Herrera Casado definió en su obra «Glosario provincial de Guadalajara» como un paño «de textura recia, muy viejo. En su centro hay varias manchas circulares, pequeñas, palidamente rojizas». Aunque este rastro puede ser fruto de la acción de una bacteria (serratia marcescens u «hongo de las hostias»), el archivo diocesano de Sigüenza relata en el «Expediente sobre el milagro de los Santos Misterios» un exorcismo ligado a este objeto recogido ante notario. En 1769, Rosa Alonso, una vecina del pueblo, se retorcía de dolor durante la misa celebrada en la iglesia, llegando al punto de tener la garganta hinchada y convulsionar. El párroco decidió practicarle un exorcismo en ese momento, delante de unos 90 feligreses, ayudado del retazo de tela. Los espíritus de su interior, al ver el lienzo, gritaban «sangre, sangre, sangre de Jesús», hasta que Rosa quedó de rodillas, volviendo en sí y exclamando «santos misterios de mi alma y de mi vida», momento en el que los vecinos, alborozados, celebraron la salvación de la feligresa.
El enclave mágico del Alto Rey
La sierra del Alto Rey es uno de los parajes más misteriosos de Guadalajara - abc Las leyendas en torno a la sierra del Alto Rey se remontan desde sus propios orígenes. Cuenta la leyenda que la montaña que da nombre a la sierra junto con el Ocejón y el Moncayo eran tres hermanos que peleaban frecuentemente. Su padre, harto de la relación conflictiva de sus hijos, les maldijo convirtiéndoles en tres altas montañas, de manera que siempre podrían verse, pero nunca escucharse. Esta historia solo es el principio de los relatos recogidos en el libro «Leyendas romanceadas del Alto Rey: la montaña sagrada» (Aache, 2007), escrito por Pedro Vacas. El escritor, investigador, etnógrafo y poeta alcarreño cuenta en su obra que durante la Reconquista, los cristianos huyeron diezmados a través de esta misteriosa sierra, encontrándose en lo más alto con un pastor que les dio un consejo: a las diez de la noche deberían atar dos faroles a los cuernos de sus animales y llevar a la manada a la cima del Alto Rey. Los musulmanes, al ver tanta luminaria, pensaron que los cristianos habían recibido refuerzos y pelearían contra un gran ejército, por lo que se retiraron del campo de batalla. Otra leyenda cuenta que la ermita que corona la montaña se mantuvo ahí pese a que los monjes que la habitaban decidieron mudarse a un lugar más cálido, debido a que durante el traslado de los santos, sus imágenes, inexplicablemente, volvieron al lugar original.
De apacible balneario a tétrico psiquiátrico
El enigmático hecho dio lugar a un libro y a una serie de televisión - rtve En el cambio del siglo XIX al XX el balneario de La Isabela, en Sacedón, fue reconvertido en hospital psiquiátrico por el Socorro Rojo -algo así como la Cruz Roja comunista-. Allí se internaba a los enfermos que no se podían tratar en otros hospitales, confinándoles entre sus paredes. A pesar de que estaba dirigido por el doctor Varela, uno de los profesionales pioneros en la época, los tratamientos estában limitados, e incluso se han encontrado botellas con leyendas que rezaban «aguarrás para dementes». El centenar de pacientes que recibieron en Guadalajara durante los primeros años fue creciendo de forma exponencial, sobre todo antes de la Guerra Civil, donde se llegaron a recibir hasta 300 enfermos al mes. La mortalidad de los pacientes también era muy elevada, con cinco defunciones al día. Una historia que quedó sepultada bajo el agua del pantano de Buendía y Entrepeñas en 1953 y que volvió a la superficie tras las seguías hace unas décadas y en la que basó su novela, «La memoria del agua» (Martínez Roca, 2009), la periodista y escritora Teresa Viejo. El libro dio el salto a la televisión con una miniserie del mismo nombre emitida en La 1 de TVE y protagonizada por Natalia Sánchez, Tamar Novas, Lola Marceli, Ana Álvarez, Miguel Hermoso y Aitor Mazo.
Psicofonías en las cuevas de Brihuega
Imágen tomada por Seamp de las cuevas de Brihuega, donde se aprecia la subida a nidos de ametralladora - Juan Miguel Marsella Alertados por el testimonio de un cazador, un grupo de la Sociedad de Amigos del Misterio y la Parapsicología (Seamp) se acercaron a las cuevas de Brihuega a investigar, ya que el lugar había servido de cobijo, acuartelamiento e incluso prisión durante la Guerra Civil. Pero las luchas en esta zona vienen desde mucho tiempo atrás: Brihuega aguantó el asedio de las fuerzas aragonesas en 1445 durante las guerras de los Infantes de Aragón, y la Guerra de Sucesión también tuvo este paraje como escenario en la batalla de Brihuega y Villaviciosa, efeméride que se sigue celebrando. Un sitio de difícil acceso, cubierto por la maleza, que aún guardaba viejos restos de la contienda (balas y vainas que después se dataron en 1935 o verjas acopladas a la entrada de las cuevas). El equipo, provisto de grabadoras, cámaras de vídeo y fotográficas, grabadoras y termómetros, consiguió recoger pruebas inquietantes: audios con lo que parecían voces (en una de ellas llegaron a reconocer la frase «es un oficial») y otras grabaciones que se encontraban totalmente en blanco, sin recoger siquiera las voces de los investigadores.
Manuela se pasea por el castillo de la Riba de Santiuste
Muchos dicen haber sido testigos del llanto de la dama blanca del castillo - josé ibáñez El castillo de la Riba de Santiuste es otro de los rincones mágicos de Guadalajara, no solo por lo idílico del paisaje, sino por su leyenda. Allí, según la creencia popular, se aparece el espíritu de Manuela, una noble musulmana que murió durante el asedio del castillo. Este es uno de los capítulos que recoge Pedro Amorós en su «Guía de la España misteriosa» (Timun Mas, 2009). Los testigos aseguran ver una «dama blanca» que se asoma por las almenas del castillo, llorando. Este hecho se vio magnificado cuando el programa radiofónico «Medianoche», dirigido por Antonio José Alés, visitó el enclave en 1981. Los siete miembros del equipo pretendían realizar una dramatización basada en los relatos de algunos testigos, pero empezaron a sufrir interferencias extrañas: los sensores se activaron espontáneamente, por lo que pensaron que alguna entidad podría estar rondándolos. Utilizaron estos sensores para comunicarse con el supuesto ente, al que pidieron que activase la alarma para contestar sí o no a sus preguntas. Respondió que se trataba de una mujer y que no la molestaban, pero les pidió que se marchasen del castillo. Después recogieron una conversación entre dos hombres en una de las salas, momento que hizo que los especialistas recogiesen sus bártulos y se fueran del enclave. Un episodio que aún hoy hace que le recorra un escalofrío por la espalda a sus protagonistas, según reconocieron en el programa Cuarto Milenio, de Cuatro.
El duende de Mondéjar
La iglesia de Santa María Magdalena, en Mondéjar - adri pozuelo María Medel, de 18 años, trabajaba sirviendo en el Palacio de los Marqueses de Mendoza, en Mondéjar en el año 1759. Ella, al igual que muchos criados, habían escuchado ruidos, golpes e incluso lamentos en las habitaciones desocupadas, y por eso, María y quince amigos más se internaron en estas estancias para descubrir qué pasaba. Allí se encontraron de frente con esos ruidos, pero además vieron objetos levitando. Sin embargo, lo más inquietante fue la figura de un niño, muy feo, de unos 10 o 12 años que vestía con una túnica similar a la de los monjes capuchinos. El grupo, tras el susto inicial, se fue tranquilizando e incluso llegó a entablar amistad con ellos, sobre todo con María, jugando con ella levitando objetos, abriendo armarios y sacando ropa de éstos para que la sirvienta la repartiese entre los vecinos más pobres. Tal fue su conexión, que el «duende martinico» propuso a la muchacha hacerla inmensamente rica, a condición de que renegara de Cristo y de la Virgen. María, asustada, rehusó la petición, y el duende no volvió a aparecerse. Sin embargo, la historia corrió de boca en boca, llegando a oídos de la Inquisición, que no sacó una explicación válida. Este episodio, al igual que otros muchos misterios, se recoge en el libro de Manuel Berrocal «Los duendes españoles en las leyendas populares» (Imágica ediciones, 2007).