Pacto en la Diputación de Lugo
Gómez Besteiro se mantiene al margen y deja a Campos la gestión de la crisis
El BNG insiste en que no aceptará a los imputados socialistas en la configuración del nuevo gobierno provincial
Tras meses de negociaciones, PSdeG y BNG consumaban el pasado jueves la moción de censura con la que «un gobierno progresista», en palabras de José Ramón Gómez Besteiro, lograba desalojar a los populares y recuperar la Diputación de Lugo . Una maniobra que comenzó a tejerse nada más entregar el diputado díscolo y alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, el bastón de mando provincial a los conservadores el pasado mes de junio. Superado este trámite, los próximos días amenaza marejada entre quienes ya han dado el primer paso para reeditar el bipartito.
Poco les duraba el idilio a socialistas y nacionalistas. No habían pasado ni 24 horas cuando se hacían visibles nuevas discrepancias entre los socios respecto a la composición del gobierno provincial, una crisis de la que ayer se desmarcaba el secretario general del PSdeG , dejando su gestión en manos del nuevo titular provincial. «Hay un muy buen presidente de la Diputación, por lo tanto, para esas cuestiones les emplazo a que le pregunten a él, que les contestará muy bien», aseguró Gómez Besteiro interpelado por los medios sobre esta cuestión. Con todo, se aventuró a afirmar que «habrá entendimiento».
La decisión avanzada por el presidente de la Diputación , Darío Campos, de que contaría con los once diputados socialistas en su ejecutivo, entre ellos tres imputados, provocó que el líder del BNG, Xavier Vence, le recordase las líneas rojas marcadas en el acuerdo-marco por ambas formaciones para gobernar en las instituciones provinciales. El portavoz frentista, que hasta ahora había mantenido un perfil bajo respecto a la situación en el palacio de San Marcos, lanzaba así un mensaje sin ambages: «Es obvio que no aceptaremos imputados . Será un equipo nuevo, con ilusión y que reúna los requisitos acordados. Así lo establecimos desde el primer momento».
«Acuerdo cerrado»
Poco margen de maniobra deja su advertencia a Campos, que insiste en contar con los alcaldes de Becerreá, Manuel Martínez; Pol, Lino Rodríguez; y Viveiro, María Loureiro , investigados por la justicia, en la composición de su gobierno. «Manolo es una persona con mucha experiencia y tengo un buen trato con él, y para mí va a contar como otro más», aseguraba el socialista, sorprendido por las palabras de Vence. «No sé a qué viene esta comunicación —dijo—, porque en principio el acuerdo (con el BNG) está cerrado».
Campos encara así, junto a su vicepresidente, Antonio Veiga, una semana decisiva en la que se desvelará el diseño del nuevo ejecutivo. «Para la semana que viene empezaremos los contactos y supongo que a finales o principios de la siguiente podría estar cerrado todo el equipo» , manifestó. «Lo primero —señaló— es definir las áreas y los responsables de las mismas y, después, ponernos a trabajar que es lo que los ciudadanos nos dijeron el 24 de mayo».
Mientras, el PP asiste desde la barrera al «circo político» que PSOE y BNG «tienen montado estos días», en palabras del diputado José Antonio García , para quien socialistas y nacionalistas «están únicamente preocupados por el rédito personal que obtendrán de una nueva alianza de perdedores».
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