Hacer el Camino para otros

Miembros de la AAA llegaron ayer a Santiago después de transitar la ruta jacobea para concienciar sobre el cáncer

Hacer el Camino para otros abc

D. DOMÍNGUEZ

Cada peregrino que llega a la plaza del Obradoiro para poner colofón a su Camino de Santiago lo hace con una historia en su mochila . Algunos, además, lo hacen con las historias de muchos otros que no han podido emprender la ruta con ellos, pero de los que no pueden ni quieren olvidarse. Pasado el mediodía de ayer llegaron a la mojada piedra de la zona vieja compostelana los integrantes de «Corre la voz» , una iniciativa de la Asociación de Adolescentes y Adultos jóvenes con Cáncer (AAA) para acercar la enfermedad a personas de las diferentes provincias por las que transcurrieron.

Alrededor de una decena de profesionales sanitarios han recorrido desde el 26 de septiembre 641 kilómetros hasta la capital gallega corriendo por relevos en 15 etapas de unos 50 cada una para poder dormir cada noche en una localidad diferente y poder dar una charla diaria sobre la labor que realizan, para así dar voz a los jóvenes a los que ayudan y contar su problemática a los vecinos de todas ellas . Estos trabajadores pretenden concienciar sobre la necesidad de crear servicios especiales para estos enfermos, pero también narrar las historias de superación, de «dolor al límite y amor al límite» que viven aquellos a los que la vida les presenta un desafío de esta magnitud.

Las redes sociales han sido el canal por el que han ido comentando casi en tiempo real sus vivencias. El Camino les ha enseñado el verano y el invierno , con una primera semana soleada donde el calor y el polvo hicieron mella, y la segunda donde pudieron conocer las inclemencias del frío y la lluvia de Galicia.

«Una experiencia increíble»

En el Obradoiro esperaban sus familiares, venidas casi en su totalidad desde Madrid, para recibir a los corredores, ataviados con globos verdes y camisetas de la iniciativa y poder brindarles la recepción afectuosa que se merecían. «Nos han ido contando como les iba en cada etapa y para ellos ha sido una experiencia increíble. Se han encontrado a mucha gente maravillosa» , cuenta Mari Jose, la esposa de uno de los peregrinos, minutos antes de que alcanzasen la plaza. Justo después todos se colocan para hacer un pasillo hasta una improvisada línea de meta en la que en los instantes siguientes se fundirán miles de emociones. Inmensa alegría, abrazos eternos y hasta alguna lágrima se escapó entre los corredores y quienes los esperaban.

También los representantes de la ciudad los esperaban. Representantes de los grupos de la corporación se dieron cita para agradecerles el esfuerzo y elegir esta meta para una causa así de noble.

Con los discursos volvieron a ponerse los sentimientos a flor de piel . Cogió el micrófono Alejandro del Valle, enfermero y coordinador del proyecto para, con la voz cortada por la fatiga y la emoción, agradecer el cariño y concluir que «da igual el polvo o la lluvia, lo importante es saber a quienes estamos ayudando . Solo queremos hacerlos grandes a ellos» y dejar que el ambiente festivo que imperó en toda la jornada concluyese con un baile preparado entre parada y parada del Camino.

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