crónicas atlánticas
Falta de argumentos
Esta semana se celebra el Debate sobre el Estado de la Autonomía y no hay que ser adivino para pronosticar qué hará la oposición
Esta semana se celebra en el parlamento de Galicia el Debate sobre el Estado de la Autonomía y no hay que ser adivino para pronosticar que la oposición va a pintar de nuevo un panorama más cercano a la Grecia de Varufakis que al de una España en la que se consolida la recuperación económica.
Le pondrán peros a la remodelación de la Xunta que conocimos el fin de semana pasado, y lo cubrirán todo de color gris ceniciento, como si al acudir al hospital tuviésemos que pasar por caja o hubiese que hacer cola en los cajeros para sacar cincuenta euros diarios. Dirán de nuevo que el PP ha dinamitado el estado del bienestar porque está en su ADN hacerlo y que las escuelas carecen de los mínimos de calidad exigibles. Basta que falte un profesor en un centro para que hablen de desmantelamiento de la educación. También volverán a ventilar los datos de pobreza, que desde luego que son preocupantes, pero lo harán como si sólo hubiese personas sin recursos en las comunidades gobernadas por la derecha.
Claro que hay problemas y cosas que mejorar en la Administración autonómica, pero la situación está muy lejos del alarmismo al que nos tienen acostumbrados los grupos de izquierdas, que recurren a exageraciones y aspavientos porque carecen de otros argumentos y quieren ocultar que allí donde se aplican las políticas económicas que piden acampa la ruina.
No verán los portavoces de PSdeG, BNG, AGE y grupo mixto que sectores como el industrial, la construcción o el agrario están creando empleo. Negarán que los servicios públicos funcionan de modo razonable e intentarán elevar a regla general lo que son problemas puntuales. Seguramente volverán a echarle la culpa al presidente Feijóo del envejecimiento poblacional, de los incendios del verano y de las decisiones de Europa que afectan a nuestros sectores.
Son incapaces de dejar en casa el cristal que lo tiñe todo de oscuro y reconocer que las políticas de centro derecha están trayendo prosperidad al campo que ellos dejaron arrasado.
Es una pena, pero en la recuperación económica está su desgracia.
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