Feijóo releva a los dos delegados territoriales de la Xunta imputados
Admite que la situación judicial «influye» en la decisión, pero niega que sea determinante
Tras la primera reunión semanal del Gobierno gallego después de que el pasado domingo se anunciase la remodelación con la que se afrontará la recta final de la legislatura , Alberto Núñez Feijóo compareció para detallar los cambios que supondrá en el organigrama de la Xunta la reestructuración de competencias y áreas de trabajo.
Además de presentar a una serie de altos cargos que serán reasignados, otros nuevos y algunos que dejan sus funciones , el presidente autonómico aprovechó la oportunidad para anunciar el cese de los dos delegados territoriales que se encontraban imputados en la actualidad : la viguesa María José Bravo Bosch y el orensano Rogelio Martínez , la primera en el marco de la «operación Patos» y el segundo por supuestas irregularidades en la gestión de fondos europeos en su etapa como alcalde de Arnoia.
Si bien Feijóo negó que la imputación haya sido «determinante» en la decisión tomada, admitió que «todo influye», pero enmarcó primordialmente los cambios como una parte del nuevo ciclo y el impulso político que ha querido dar al Ejecutivo que lidera en el último año de la legislatura . Pese a que en un primer momento el presidente anunció que los delegados cesaban «a petición propia», matizó que ambos habían puesto con anterioridad su cargo a disposición del líder autonómico.
El sucesor de Bravo Bosch será Ignacio López-Chaves , que venía desempeñando la presidencia de la Autoridad Portuaria olívica. Por su parte, a Martínez lo relevará la diputada popular en el Parlamento Marisol Díaz Mouteira.
Menos altos cargos
La nueva administración autonómica contará con dos consellerías más que hasta ahora , merced a la separación de la de Medio Rural e do Mar y la creación de la de Política Social. Cuestionado acerca de si eso implicaría un mayor gasto para las arcas autonómicas, Feijóo recordó que se vuelve a la misma cifra que en su primer gobierno tras la victoria de 2009. «Cuando en España se hablaba de si deberíamos ser rescatados, hicimos el esfuerzo de pasar a ocho consellerías, ahora volvemos a la estructura que queríamos con cambios que nos parecen los más coherentes en cada área», apostilló.
En este sentido, quiso argumentar que la nueva distribución busca dar cuerpo al giro social emprendido en los últimos meses por su Gobierno, reforzar el trabajo en los ámbitos rural y marítimo, así como ligar el empleo al desarrollo económico y velar por la protección medioambiental. Además Feijóo, que defendió en su día la reducción de gasto que suponía la supresión de consellerías, subrayó que el nuevo Ejecutivo todavía tendrá «un 10% menos de altos cargos que en la anterior legislatura y un 40% menos que los de los que había en el bipartito».
Reforma electoral
Ayer volvió a llevarse a la comparecencia del presidente una vieja promesa electoral popular, aquella por la cual se planteaba una reducción del número de diputados autonómicos de los 75 actuales a 61 . Feijóo admitió que esa reforma de la ley electoral gallega, pese a que siempre estuvo en su hoja de ruta, fue paralizada debido a la «fuerte contestación» que tuvo entre los grupos de la oposición una vez que se intentó poner en marcha y al «ambiente crispado» que generó entre las formaciones de izquierda.
El presidente indicó ayer que «conviene fijar las prioridades» de cara a las próximas elecciones y negó que el PP vaya a sacar adelante en solitario tal medida, pese a contar con una mayoría suficiente. «Si alguno de los grupos de la Cámara está dispuesto, la acometeremos» , subrayó, para zanjar la cuestión apuntando que «seguimos creyendo que el trabajo normal del Parlamento se puede llevar a cabo con 61 diputados» .
