Un agente confirma que Porto se opuso a mostrarles la finca de Teo tras el crimen

La declaración del agente que instruyó el primer atestado del caso Asunta ha dejado hoy al descubierto que solo había una copia de las llaves de la finca de Teo donde se cree que, presuntamente, los padres de la niña acabaron con su vida. Así lo ha relatado el efectivo de la Guardia Civil en base a los relatos que los dos acusados le proporcionaron en las horas siguientes al hallazgo del cadáver. « Pensamos que la niña se pudo ir de forma voluntaria , pero Rosario no quería salir de la casa por si Asunta regresaba, pese a que le habíamos dicho que el cuerpo coincidía con la descripción de la niña», explicó. Para justificar su negativa a trasladarse a Teo, Rosario explica a los guardias que «solo hay unas llaves y que a esa finca no iba nadie», ha explicado el agente a preguntas del fiscal. Finalmente, Basterra decide acompañarlos allí y Rosario cede .

Esta revelación conecta directamente con lo ocurrido cuatro días antes de la muerte, cuando se cree que los padres pudieron ensayar el crimen o tratar de materializarlo de manera frustrada. La suposición se basa en que la alarma de la finca de Teo se desconectó entre las 19.35 y las 22.40 horas , un margen horario en el que los acusados niegan haber estado en la vivienda y al que no pueden dar explicación. Al día siguiente, Asunta no pudo asistir a clase por sufrir un episodio de mareos que la madre justificó con una nota ante el tutor. El texto redactado por Porto indicó que la niña sufría « graves vómitos ».

El agente también ha aclarado, a preguntas del presidente del tribunal, que es posible acceder al lugar del crimen sin necesidad de pasar por delante de la casa de los vecinos que reconocieron haber visto un único vehículo esa noche accediendo a la pista, un coche que se correspondía con el de las personas que hallaron el cadáver. Así, otro coche podría haber accedido al lugar sin que ellos se hubiesen percatado.

Catorce personas han sido citadas a declarar hoy en la segunda ronda de testimonios del juicio por el crimen de la niña, en el que sus padres se enfrentan a una petición de cárcel de entre 18 y 20 años. Entre ellas está la madrina de la pequeña , una de las personas más cercanas a ella, que pasó buena parte de verano con ella.