caso asunta

Familia y allegados dan la espalda a los padres en el arranque del juicio

Porto y Basterra pidieron no estar presentes en la primera sesión. Sus declaraciones empezarán el jueves

Familia y allegados dan la espalda a los padres en el arranque del juicio efe

patricia abet

El salón de bodas de los juzgados de Santiago abrirá este martes sus puertas para acoger la primera jornada de uno de los juicios más esperados de los últimos tiempos . Esta primera sesión no tendrá carácter público y a ella no asistirán —por petición expresa— ninguno de los dos acusados por el crimen de la pequeña Asunta. La mañana se dedicará a realizar la última selección del jurado popular , que pasará de treinta candidatos a solo once personas, las definitivas. Será el azar el que decida —al margen de las dos recusaciones a las que cada una de las partes tiene derecho— quiénes serán los ciudadanos sobre los que recaerá la responsabilidad de valorar el grado de culpabilidad que los padres de la menor tuvieron en su prematura muerte . Una vez resuelto este paso, todos los focos se posarán sobre Rosario Porto y Alfonso Bastera, en prisión preventiva desde hace dos años.

Atendiendo al cronograma del juicio, los acusados por el asesinato de Asunta se sentarán en el banquillo por primera vez mañana miércoles. Lo harán para asistir a las conocidas como cuestiones previas, aclaraciones formales sobre el proceso que en este caso podrían ocupar toda la sesión. De ahí que la declaración de Porto y Basterra quedase fijada para el jueves, primer día en el que el tribunal del jurado podrá oír la versión de los dos imputados sobre qué sucedió en las horas previas al fallecimiento de la niña. Al testimonio de los padres de Asunta se le dedicarán dos sesiones de juicio completas (la del jueves y la del viernes) y en su mano estará decidir si solo responden a las preguntas de sus defensas o si, por lo contrario, deciden resolver las cuestiones que fiscal y acusación particular formularán.

Estrategias al descubierto

Llegados a este momento clave del proceso, las estrategias de los letrados de Porto y Basterra quedarán al descubierto. Del primero de ellos, el penalista José Luis Gutiérrez Aranguren, se espera que se aferre a la autopsia que pone en duda la data de la muerte para dar una coartada horaria a su clienta , que a la hora del óbito estaría en comisaría denunciando la desaparición de la niña , según su teoría. Aranguren también azuzará de nuevo la figura del bautizado como «hombre del semen» —su ADN apareció en la ropa de la menor— para sembrar en el jurado la duda razonable. Otra de sus bazas será , sin duda, la falta de un móvil que explique el crimen. Menos evidente es la estrategia de la abogada del padre de la menor, Belén Hospido , que desde que aceptó la defensa de Basterra ha optado por callar. Su cliente parte con una ventaja sobre Porto, la de que ninguna cámara lo grabó ese día fuera de casa. Sin embargo, el periodista sí tendrá que enfrentarse al testimonio de una amiga de la niña que dice que esa tarde lo vio en la calle con Asunta. Un relato que desmonta su única versión de los hechos, la de que no abandonó su piso en ningún momento y se enteró de lo ocurrido por su expareja.

Ambas defensas solicitan la libre absolución de sus clientes argumentando que existe una plan para implicar a los padres en el crimen. Fiscalía y acusación particular, por su parte, defienden que la pareja (que rompió su matrimonio siete meses antes) ideó una fórmula para acabar con la vida de su hija , que incluso habrían podido ensayar unas semanas antes de cometer el crimen. Se basan en los rastros de Orfidal que se encontraron en el organismo de Asunta y que le fueron suministrados hasta tres meses antes de su muerte. La misma sustancia que se encontró en el vestido de Porto y que Basterra habría adquirido durante meses en una farmacia de la ciudad.

En un proceso marcado por la expectación mediática , indicios como los papeles que aparecieron en la basura de la casa de Teo y que contenían restos de Asunta y de su madre; los recortes de cuerda naranja que aparecieron junto al cadáver y en una papelera que Rosario trató de destruir en el primer registro o el paradero de las alfombrillas del coche, en el que se detectaron restos de vómito de la niña se revelan ahora fundamentales para que la balanza de la Justicia se decante hacia uno u otro lado.

El juicio, en cifras

Más de un centenar de periodistas — que representan a unos treinta medios, uno de ellos internacional — cubrirán un juicio que se dilatará hasta el próximo 21 de octubre. Ante el jurado desfilarán más de 80 testigos y alrededor de 60 peritos que tratarán de arrojar luz sobre lo que le sucedió a Asunta antes de que depositasen su cuerpo en una cuneta de Teo. En la sala, con aforo para 50 personas , no habrá ningún representante de la familia de la niña ni ningún allegado. «Nadie lo ha solicitado», explicaron fuentes del TSXG.

La Fiscalía pide para los dos acusados la pena de 18 años de prisión , mientras que la acusación particular —personada en la asociación Clara Campoamor— solicita veinte años para cada uno. «Imaginaremos que Asunta está en el centro de la sala con nosotros» , indicó la portavoz de esta asociación ante el inminente arranque del juicio.

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