CRÓNICAS ATLÁNTICAS
Ciclogénesis Política
En el lácteo se han mezclado los intereses legítimos con mantener las protestas más allá del sentido común
Se acercan las elecciones generales y en las sedes de los partidos de la oposición se frotan las manos pensando en la próxima protesta en la que participar. En este final de verano, al igual que el tiempo, la política está revuelta.
En la cuestión del sector lácteo se han mezclado los intereses legítimos de los ganaderos con las ganas de algunos de mantener las protestas más allá de lo que dicta el sentido común. Sindicatos próximos al PSdeG y al nacionalismo —e incluso ex altos cargos de la Xunta bipartita ahora convertidos en líderes agrarios— alentaron a los productores a seguir con las movilizaciones, a pesar del acercamiento de posturas con la industria. A algunos no les importa que cobren más o menos por la leche, lo que quieren es que haya lío en la calle. Ellos no tienen vacas, a lo que aspiran es a cargos públicos.
Lo mismo ocurre con el hospital de Vigo, donde la izquierda —con el alcalde olívico a la cabeza—, intenta hacer pasar por un desastre organizativo lo que son problemas habituales en el traslado de pacientes a un centro del tamaño del Álvaro Cunqueiro. Aquí en Galicia rechazan tajantemente que se haya contado con el sector privado para sacar adelante la obra —como si nos fuesen a cobrar a los pacientes por los tratamientos— y lo hacen a pesar de que es el mismo sistema que utiliza el Partido Socialista para construir infraestructuras en Andalucía.
En estos tres meses que faltan para las generales veremos cómo la izquierda se suma a las protestas del cerco, a las de los trabajadores de Alcoa y a toda aquella que surja. Son problemas que no solucionaron cuando gobernaron y que en muchos casos ni siquiera compete a la administración resolver, pero eso el votante no tiene por qué saberlo y en un mundo de información tan fugaz como el que vivimos la memoria tiene muy corto alcance.
El tiempo viene revuelto, y la ciclogénesis explosiva no es sólo climática: en política las isobaras están también agitadas y se acercan nubarrones. Menos mal que en Galicia no nos asustamos de los temporales.
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