«Estamos viviendo una situación caótica»

Trabajadores del Cunqueiro cargan contra «las prisas» de un hospital que permanece en obras y que acusa «claras deficiencias»

«Estamos viviendo una situación caótica» efe

e. p. rodríguez-somoza

Con el reinicio del traslado el próximo 21 de septiembre, tras casi un mes paralizado por problemas de contaminación en el aire, y después de que hasta tres muestras dieran positivo en aspergillus, trabajadores del Álvaro Cunqueiro clamaban este miércoles contra «las prisas» de abrir un hospital que todavía permanece en obras y que acusa «claras deficiencias». «Han dado prioridad a cumplir el cronograma, caiga quien caiga» . Así lo asegura Sonsoles García , técnico de Anatomía Patológica, quien señala que pese a las reiteradas quejas trasladadas al servicio de riesgos laborales «seguimos esperando a que la inspección de Trabajo visite las instalaciones». «Deficiencias graves», las que fueron glosando junto a Sonsoles el resto de sus compañeros de los servicios de Radiología, Hematología, Cardiología, Obstetricia y Oncología. Una situación «caótica» desde el primer día.

Y es que al «riesgo» que corren los pacientes se suma el suyo propio, indicaron. En algunos casos los espacios de trabajo se han vistos reducidos de forma drástica. Tanto es así que Modesta López, enfermera de hematología (desde 1974 trabaja en el departamento de médulas óseas), no tiene una sala en la que trabajar. «Mi puesto de trabajo está en el almacén donde permanece guardado todo el instrumental en cajas de cartón» , ironizó. Incapaz de contener las lágrimas durante su comparecencia, afirmó: «Yo sé hacer mi trabajo, pero en este hospital estoy desaprendiendo todo lo que sé». Le faltan medios para poder realizar el aspirado, la citoquímica, los reactivos o secar las muestras, entre otros cometidos.

Todos ellos coincidieron en la escasez de material básico , al que se suma en el caso de Anatomía Patológica —describió Sonsoles García— la falta de ventilación en las salas donde se almacenan los productos tóxicos, problemas de espacio en autopsias, carencias en la señalización de peligros biológicos o cristales que no soportan el peso de las muestras, entre otros detalles de igual o menor importancia, pero que, en su opinión, deberían ser resueltos con celeridad.

La falta de previsión en el diseño es flagrante en el caso de Obstetricia, tal y como relató Rosa Iglesias . Según dijo, el hospital de día en el que las embarazadas hacen sus controles al final de la gestación se encuentra cuatro plantas más abajo que el paritorio y los quirófanos. Además, los boxes de urgencias no disponen de baños y «para llevarlas al paritorio hay que atravesar toda la sala de espera». Un «despropósito fruto de la improvisación», aseguró, como el hecho de que la unidad de reanimación de los recién nacidos se encuentre fuera del bloque quirúrgico, o que «en la misma sala donde los cirujanos se lavan las manos se ubiquen las cuñas sucias» .

La intimidad de los pacientes, tanto en la UCI como en Oncología. fue otra diana de las críticas este miércoles. Falta de puntos de luz y enchufes, ausencia de biombos de separación , teléfonos que no funcionan, escasos equipos informáticos, unidades sin baño o sin tomas de agua, forman parte del largo etcétera que ayer se escuchó en el salón de actos del Álvaro Cunqueiro. «En el banco de sangre se tuvieron que romper las puertas porque no cabían las neveras para guardar las muestras», señalaron.

Inés Conde, enfermera de cuidados intermedios de Cardiología, reconoció estar «muy decepcionada». «Nos dijeron que aquí tendríamos de todo y nada más lejos» , indicó. Así, ejemplificó el «caos» de los primeros días en la ausencia de un desfibrilador que no llegó hasta que se trasladó al último paciente del Meixoeiro. Llegó a contar como una compañera suya transportó en su coche la medicación básica de la que carecía el HAC. Ana García, enfermera en la UCI, se quejó de que en este traslado no se tuviera en cuenta el criterio de los profesionales, y el único médico en la rueda, el doctor Sáez, de Radiología, señaló que solo en su área hay entre 400 y 500 incidencias reportadas de diferentes grados, entre ellas que solo hay operativos dos TAC. «Hay miedo a hablar» , reconocieron, al tiempo que se preguntaron «si llegará el día en el que reconozcan (gerencia y administración) que lo han hecho mal».

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