El otoño que marcará el futuro político gallego
El Parlamento celebra mañana su primer pleno del curso político, que marcará el devenir de partidos y líderes
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El Pazo do Hórreo descorcha mañana un periodo de sesiones hasta las próximas Navidades determinante para Galicia, durante el que se configurará buena parte del escenario político de la Comunidad a medio plazo, con las elecciones autonómicas del otoño de 2016 como meta final. En estos escasos cuatro meses, las cuatro grandes fuerzas del país se juegan más de lo que parece, porque de lo que resulte de este otoño dependerán muchas claves esenciales de futuro .
PP: Pendientes del futuro de Feijóo
La fecha es el 20 de diciembre. Elecciones generales. De ellas depende qué hará Alberto Núñez Feijóo en 2016 : si decide concurrir por tercera vez consecutiva e intentar revalidar su mandato, o si pone punto final a su exitosa trayectoria en Galicia y aspira a nuevos horizontes en Madrid. La frase de Mariano Rajoy de que Feijóo «es un gran candidato» , suscrita por otros notables del PPdeG y la inmensa mayoría de militantes y simpatizantes, más que un mandato era un intento por zanjar la rumorología.
Una derrota del actual presidente del Gobierno abriría un proceso de sucesión en el PP, con Feijóo en las quinielas . Pero incluso con la continuidad de Rajoy en Moncloa cuatro años más, el presidente gallego podría tener cabida en Madrid como miembro de su gabinete, sin que ello se interpretara como una traición a Galicia, tras completar más del 75% de la legislatura. Lo que parece descartado es que Feijóo abandone la Xunta este otoño para concurrir en las listas de las generales. Él, prudente, calla y espera.
Mientras se resuelve o no la gran incógnita que entretiene al PP —confiado en la continuidad de Feijóo, pero que tampoco descarta que se pueda producir una sucesión exprés, para la que muy pocos quiere pronunciar nombres—, el partido necesita rearmarse tras el monumental varapalo de las elecciones municipales . La pérdida de poder local y provincial va a dificultar engrasar la maquinaria de cara a las generales, pero los populares saben que otro desplome en votos minaría todavía más la moral de la tropa.
La preocupación esencial radica en la provincia de Pontevedra . El batacazo de Vigo y la controvertida gestión del nuevo hospital no facilitan recuperar espacio en la ciudad más poblada de Galicia, y que es determinante en unas autonómicas. Nadie en la Nécora duda de que se van a ganar las generales en la Comunidad, que volverán a ser los más votados, pero hay que recuperar el terreno perdido: aprovechando el desnorte de un PSOE cómplice de las Mareas en las ciudades y cuyo líder se sabe pendiente del hilo judicial de Pilar de Lara.
PSOE: De Lara hipoteca a Besteiro
Este otoño puede ser para José Ramón Gómez Besteiro un purgatorio o una liberación . Todo dependerá de los tiempos que maneje Pilar de Lara, que mantiene desde julio imputado al secretario general del PSdeG por cuatro delitos de presunta corrupción vinculados a su patrimonio personal. La juez, poco dada a la agilidad, condiciona los ritmos de los socialistas gallegos.
¿Se hará Pedro Sánchez una foto con Besteiro en campaña a sabiendas de su imputación? ¿Pondrá la mano en el fuego por el barón gallego? Distintas voces asumen que si la situación de Besteiro se prolonga de aquí a final de año, no podrá seguir en el cargo ni postularse para las primarias que elegirán al candidato a presidir la Xunta. Esto, al mismo tiempo que el partido se descompone en entornos urbanos como los de La Coruña, Santiago u Orense, marcados aún por el desastre de las elecciones municipales.
El pronunciamiento que todavía se aguarda en el PSdeG es el de Abel Caballero, que sigue acumulando poder tras su fastuosa victoria en las urnas en mayo. Indiscutida su primacía interna en el partido, ha guardado silencio sobre la situación de Besteiro. Lo que él diga podrá ser determinante , tanto si lo respalda como si pone sobre la mesa un sustituto de garantías para intentar ganar la Xunta.
BNG: Entre la marea y el naufragio
El BNG se sabe en una situación límite. Asume que las confluencias de sus escindidos en Amio con partidos de la izquierda estatal le han orillado en los entornos urbanos —salvo contadas excepciones— y peligran sus dos diputados en el Congreso . Sin ellos, está en riesgo la salud financiera de la organización. En ese punto desesperado, han llegado a dejar a un lado las siglas y ofrecerse para pactar una candidatura gallega para las generales, que puede no solo garantizar el mantenimiento de su actual representación, sino incluso ampliarla. Eso sí, no consentirán ser subordinados de Podemos ni ser entendidos como su filial gallega . De la capacidad de confluencia que tengan estas fuerzas, de la paciencia que sean capaces de emplear para aliviar las tensiones entre partidos que comparten espectro ideológico, pero que chocan a nivel personal, dependerá si la fórmula se repite de cara a las autonómicas . Un escenario con tres fuerzas en la izquierda —con Podemos como incógnita— frente al PP podría permitir a los conservadores mantener su mayoría con más facilidad, como ocurrió en 2012.
AGE: A lo que diga Beiras
Están llamados a ser la otra pata de la candidatura de unidad gallega para el Congreso , junto al Bloque. Pero si la antaño casa hegemónica del nacionalismo no quiere subordinarse a Podemos, en AGE es una fórmula que no ven con demasiados malos ojos, sobre todo en la Izquierda Unida de Yolanda Díaz, próxima a las tesis de Alberto Garzón de converger con el partido de Pablo Iglesias. Incluso dentro de la propia Anova hay sectores que no ven mal esta opción.
La otra gran duda de AGE, una marca que ha sido capaz de aguantar las marejadas provocadas por sus dos escindidos en el Parlamento y las tensiones internas entre IU y Anova, es el futuro de sus dos rostros visibles. Beiras, incombustible, juega a la ambigüedad cuando se le pregunta si seguirá o no . Anova sin él es Martiño Noriega, pero por el momento anda ocupado gobernando Compostela. Y Yolanda Díaz , que cedió con generosidad ser cabeza de cartel en las autonómicas de 2012, puede querer ahora reclamar para sí el papel protagonista . Pero, ¿levantará la voz si Beiras insiste en hacerse octogenario en O Hórreo?
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