Cuaderno de Viaje

Batalla de egos

La danza de apareamiento de la izquierda rupturista para las generales está resultando estos días especialmente esclarecedora

Luis Ojea

La danza de apareamiento de la izquierda rupturista para las generales está resultando estos días especialmente esclarecedora. A Beiras no le vale Garzón como única pareja de baile y trata de seducir a Iglesias calculadora en mano, mientras el Bloque coquetea casi con cualquiera buscando un traje nuevo para lo de siempre. Todo bien decorado de intrincados discursos en los que no se encuentra, eso sí, ni una sola referencia a lo que será su programa.

Igual que la socialdemocracia se ha quedado sin un referente en Europa al que amarrarse en su desplome, este caos que se ha formado a la izquierda del PSOE se quedó huérfano de su Mesías con la claudicación de Tsipras en Bruselas. Toda una cura de realismo para los prebostes de las mareas en sus múltiples formulaciones. Sin discurso, vuelven a lo suyo, a lo que han hecho siempre.

Como explicaban en «La vida de Brian» los cuatro militantes del Frente Popular de Judea «a los únicos que odiamos más que a los romanos es a los del Frente del Pueblo Judaico. ¡Disidentes!». Es un pasaje revelador de lo que es ahora la «nueva izquierda». En apenas dos minutos de película los Monty Python describen ese espacio electoral a la perfección. Todos son lo mismo, pero se creen muy diferentes. Tienen un objetivo común, erradicar al centro-derecha y abrir una nueva era, pero también comparten las ansias por ser ellos los verdaderos líderes de ese nuevo tiempo y acaban por despreciarse mutuamente más que al rancio bipartidismo inmovilista. ¡Los peores son los disidentes! La mayoría son viejos conocidos de mil batallas perdidas en las que se fueron desangrando. Muchos convivieron en el Bloque y ahora fuera reproducen el mismo sainete que dejó a su viejo partido en la marginalidad política y otros han crecido entre cuchilladas y «centralismo democrático» en Izquierda Unida y sus movimientos paralelos. Son muchos años repitiendo los mismos patrones para cambiarlos de repente.

Así que lo más probable es que sigan entreteniéndose en sus cuitas personales. Porque esta película va de eso. Una batalla de egos por ver quien lidera al Frente Popular de Judea. En una cosa tiene razón Beiras. Esto es una bomba de relojería para las mareas en los ayuntamientos. Si no son capaces de concretar un acuerdo sobre cómo concurrir en las generales, ¿cómo van a gobernar juntos los próximos cuatro años tres de las principales ciudades de Galicia?

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