Un Camino ecuménico con «retorno misionero»

A pesar de ser una peregrinación milenaria, el Camino de Santiago continúa suponiendo hoy un «prometedor fenómeno religioso» que no pasa inadvertido para los obispos españoles y franceses por cuyas diócesis discurre la ruta jacobea. De su reflexión conjunta surge ahora la carta pastoral «El Camino de Santiago: Búsqueda y encuentro», que será presentada en breve en Compostela y de la que ABC avanza su rico contenido, destinado tanto a quienes profesan los distintos credos como a los no creyentes con un fin común, que todos «se beneficien de los provechos espirituales que [del Camino] dimanan».

Tras abordar la experiencia personal del «caminante en busca de sentido» y «las raíces de Europa» en la peregrinación, los prelados inciden en la idea de la Iglesia como «comunidad en camino». Ahí introducen algunas de sus orientaciones, ya que «la ruta jacobea es uno de los escenarios privilegiados donde muchos peregrinos no creyentes pueden saborear por primera vez la belleza de la liturgia. Se admiran de tal forma que muchos encuentran su camino de fe en Jesucristo y en su Iglesia».

Piden a los hospitaleros y al resto de personas dedicadas a la acogida «el mismo acompañamiento de Jesús con los discípulos de Emaús». De la misma manera, exhortan a los peregrinos cristianos «a participar activa y fructuosamente en las asambleas eucarísticas que se celebran a lo largo de la ruta». «Rogamos a los párrocos y rectores de esas iglesias que les inviten cordialmente a acudir a sus celebraciones», prosigue.

«No perdamos de vista la labor ecuménica que supone el Camino de Santiago, puesto que muchos cristianos de otras denominaciones se acercan con verdadera devoción y en muchos momentos ellos mismos quieren ser instruidos sobre la doctrina católica». Los pastores manifiestan que el Camino ha de ser «ruta y parada, marcha y encuentro, dar y recibir, evangelizar y ser evangelizado», de ahí que alienten también un regreso fructífero: «Compostela es al mismo tiempo meta de peregrinos y punto de partida de nuevas vías misioneras». «El retorno de los peregrinos a sus tierras ha de ser misionero; y será tanto más entusiasta cuanto más fructuosa haya sido la peregrinación», indican en su documento.

«A las parroquias que son etapa en la ruta y a las demás comunidades les pedimos: salid al camino a evangelizar; acoged a todos los que encontréis; invitadles a visitar vuestras iglesias, explicadles la fe y el arte de vuestros retablos; abrid algún espacio de diálogo colectivo, atendedlos personalmente, satisfaced sus pequeños requerimientos burocráticos, sostenedlos en su propósito de peregrinación; invitadles a la conversión de corazón». Y recuerdan: «Cada punto de acogida se convierte en una carta de presentación de la Iglesia».