El PSOE se refugia en el triunfalismo y obvia el descalabro urbano del 24-M
Pilar Cancela se escuda en la reducción de distancias con respecto al PP y en el aumento con el BNG para proclamarse «motor del cambio»
El atisbo de autocrítica esbozado por la federación gallega del PSOE en la noche de 24-M parece haberse esfumado poco más tarde de un mes de las elecciones municipales. La secretaria de Organización del PSdeG, Pilar Cancela, compareció este lunes para trasladar las p rimeras conclusiones que extraen de la reunión de la ejecutiva del partido en la Comunidad . La número dos de la formación en Galicia leyó los resultados de los comicios en clave triunfalista, asumiendo como una victoria la caída de apoyos al Partido Popular. De este modo, celebró la «reducción de diferencia» porcentual con respecto a 2011 con la fuerza más votada y el aumento de la misma con referencia a la tercera, el BNG.
La conclusión que no apareció en el análisis de Cancela fue que la pérdida de poder municipal del PP en las ciudades no repercutió en los socialistas , sino en las Mareas con la connivencia de su formación . La última cita con las urnas deparó al PSdeG convertirse en tercera fuerza en todas las ciudades salvo en Vigo —con la aplastante mayoría absoluta de Abel Caballero— y en Lugo.
La lectura del PSdeG lleva al razonamiento de que estos resultados deben reflejarse «a la hora de formar gobiernos» y se escudan en su posición de «primera fuerza de progreso» para manejar las negociaciones . Sobre este punto, señaló como novedad una supuesta reanudación de los diálogos con otros partidos de izquierda de cara a gobernar las diputaciones restantes y la Federación Galega de Municipios y Provincias, unas conversaciones que no se anunció que se rompiesen en ningún momento. En este sentido, sobre la posibilidad de que el BNG pueda exigir la presidencia de uno de los entes para dar su apoyo en el otro, Cancela negó que los bastones de mando sean negociables.
No obstante, lo que suceda en el ente provincial lucense dependerá en buena medida de la postura que adopte el diputado díscolo , Manuel Martínez, que ante la decisión de su partido de negarle la posibilidad de presidirlo optó por entregársela al PP. El también alcalde de Becerreá todavía se mostró ayer «relajado» ante las presiones a las que lo ha sometido el partido en las últimas jornadas. Del mismo modo, Martínez reincidió en la idea de que mantiene su intención de liderar la Diputación lucense. Preguntada sobre si la estrategia del partido está siendo la adecuada para persuadir al rebelde de que cambie el sentido de su voto, Cancela señaló que «los compañeros tomaron una decisión y él no la acató». «Lamentamos su posición inmovilista» y se remitió a la espera del expediente abierto contra él.
La novedad en la reunión ha sido la fijación el 18 de julio de un comité autonómico, en el que se prevé mayor debate que en la conferencia de ayer, en la que Lugo fue el único punto caliente.
Besteiro y Feijóo
Lo más cuestionado tras la rebelión de Martínez ha sido el liderazgo de Besteiro en el seno socialista , por lo que Cancela optó ayer por hacer lo propio con el de su homólogo popular, Alberto Núñez Feijóo, tanto dentro del partido como en la Xunta y tachó de «fracaso» del presidente el resultado electoral aun manteniendo el puesto de fuerza más votada. La número dos del PSdeG tampoco asumió posibles errores sobre cómo han manejado los pactos . Preguntada al respecto de la imagen externa que puede ofrecer el hecho de descabezar sus listas por exigencias de minorías respondió que «cada partido establece sus condiciones y nosotros no las hacemos públicas».
Noticias relacionadas
- El alcalde de Becerreá mantiene su aspiración de presidir la Diputación
- Elena Candia presenta su equipo de gobierno sin temor a una moción de censura
- El PP agita Lugo y Caldas para cuestionar a Gómez Besteiro
- El PSOE perdonará a su diputado «díscolo» si apoya una moción de censura
- Primer fracaso político para Gómez Besteiro
- La popular Elena Candia, nueva presidenta de la Diputación de Lugo gracias a un alcalde socialista
