Pazguato y fino
Desastre de adivinos
Uno se pregunta, ingenuamente, si la marcha de Feijóo en vez de un augurio es un irresistible deseo de la oposición
Espero que guardaran en su día el tique de compra, porque las bolas de cristal que adquirió la oposición para adivinar el futuro de Feijóo son un fiasco. No acertó ni uno, a menos que no se buscara decir la verdad sino confundir a la opinión pública. Ya saben, en el «juego de la política» caben tantas maniobras... Feijóo no se va. Los lectores de ABC ya estaban sobre la pista desde hace un par de meses de que era la posibilidad más cierta, como finalmente ha ocurrido. No se le puede reprochar al presidente de la Xunta que incurriera en titubeos, se dejara querer para dar el salto a Madrid, cayera en dobles sentidos o declaraciones ambivalentes para decir una cosa pero queriendo decir la contraria. Siempre se ha mantenido fiel a su discurso, y en el hipotético caso de que albergue mayores ambiciones políticas, desde luego no las ha dejado entrever en ningún momento.
De uno que no se va a Madrid a otro que sí lo hace. José Ramón Gómez Besteiro enfila el Senado. Es curioso que la considerada Cámara de los Elefantes, el retiro de muchos políticos de vuelta de casi todo, sea el refugio temporal de quien sí tiene aspiraciones a seguir jugando en la política autonómica. El último caso de un dirigente gallego que usó el Senado de trampolín acabó efectivamente en la Xunta, pero de vicepresidente. Igual Besteiro corre la misma suerte si no deja de tratar con displicencia el problema de las Mareas que él mismo ha alimentado permitiéndoles gobernar en las tres ciudades coruñesas. A la izquierda del PSdeG están organizando un aquelarre de dimensiones desconocidas.
Cuando la oposición lleve a descambiar sus bolas de cristal que no caigan en la tentación de comprar otras iguales. Porque del mismo modo que la sociedad no le compró al PP el «ojo que vienen las Mareas», tampoco se la ve especialmente entusiasmada con ese «Feijóo se va a Madrid pasado mañana porque no le importa Galicia» que repiten recurrentemente PSOE, BNG y AGE. Tantas veces le han dado pasaporte al presidente de la Xunta que uno se pregunta, ingenuamente, si en vez de un augurio es un irresistible deseo. Quizás así ganen unas elecciones.