Los obispos gallegos reaccionan ante los desplantes populistas
Los nuevos alcaldes afean fiestas como la Ofrenda al Apóstol o la Semana Santa. «No corresponde al Estado excluir la celebración cristiana del ámbito público», recuerdan
Con cordialidad, pero con suma contundencia, los obispos gallegos no se han quedado en silencio ante los desplantes de los nuevos partidos afines a Podemos que gobiernan Santiago, La Coruña y Ferrol. Los regidores de las dos primeras se escudan en un «principio de neutralidad de religiosa» para ningunear tradiciones tan arraigadas como la Ofrenda Nacional al Apóstol o la Ofrenda del Reino de Galicia al Santísimo Sacramento, un acto ya celebrado el pasado domingo en Lugo y del que se ausentaron el alcalde coruñés y el compostelano Martiño Noriega , a quien correspondía pronunciar el discurso. Este último, discípulo aventajado del veterano nacionalista Xosé Manuel Beiras , pretende solicitar a la Casa Real que no delegue en él el próximo 25 de julio. Mientras, el ferrolano ha amagado con suprimir la subvención municipal a la Semana Santa, una de las ocho fiestas declaradas de Interés Turístico Internacional en Galicia, pero en vista de la contestación social recibida ha rectificado.
Los obispos que conforman la Provincia Eclesiástica de Santiago han reflexionado en una carta sobre este concepto de laicidad que los tres regidores propugnan al entender que antiguas costumbres están siendo «cuestionadas radicalmente» . «La laicidad del Estado significa que éste, en sus responsables e instituciones, no hace propia ninguna ideología (ateísmo, por ejemplo) o religión ni, por tanto, las impone a la sociedad;sino que, al contrario, afirma el respeto y la promoción de la libertad y de los derechos de los ciudadanos en su vida individual y comunitaria», señalan.
Convencidos de que «la laicidad del Estado respeta y promueve la variedad de convicciones existentes en la sociedad» , recuerdan que las instituciones, «que no profesan una fe determinada, se saben al servicio de una sociedad que siempre profesa alguna». Y advierten: «La laicidad del Estado sería destruida si se intentase hacer de ellas instrumento para la imposición de la propia ideología o religión al pueblo que se sirve».
Exclusión de los cristianos
Los prelados gallegos manifiestan que «no corresponde al Estado excluir a los cristianos y a sus celebraciones del ámbito público y reducirlos a lo privado», más si cabe si se refiere a gestos «con muy profundas raíces en la historia». De hecho, la reciente Ofrenda en la capital lucense es «el único gesto público que todavía se refiere al Antiguo Reino de Galicia» , símbolo que se refleja en el escudo oficial de la Xunta, con siete cruces que rodean a un cáliz y la sagrada forma.
Ante el debate generado —pues PP, PSOE y BNG sí suelen participar en estos actos— subrayan que los representantes políticos no acuden «como personas privadas para expresas sus convicciones, sino en específica función pública» [...] al reconocer «el valor de un gesto tan expresivo». Estas palabras las suscriben el arzobispo santiagués Julián Barrio , su auxiliar, los titulares de Lugo, Orense y Tui-Vigo y su emérito. La diócesis Mondoñedo-Ferrol no, al estar vacante.
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