El Garabato del torreón
Una alcaldesa de rebote
Le deseamos lo mejor a la señora Méndez, aunque su acceso haya sido resultado de un pasteleo bastante indecente
Del desprecio de los partidos hacia los ciudadanos da prueba, además de la conducta reiterada a diario, la aplicación sistemática de la ley de arrogancia universal, que creíamos abolida desde que el ministro Girón hizo «del trabajador un ciudadano normal», según palabras recogidas por Feliciano Fidalgo en entrevista antológica.
Empecemos por la desconsideración de los portavoces (casi siempre en insuperable hostilidad con la gramática) hacia la capacidad intelectual de los electores, a quienes tratan de convencer de los saludables efectos que la comunión con ruedas de molino produce a la salud del alma y a la del cuerpo, «si le conviene», como aprendimos con Astete. Solo así se entiende que no hayan sido respondidas a escobazos las reincidentes comparecencias de destacados próceres del socialismo gallego (empezando por el camarada segredario xeral) erigiéndose en triunfadores de su propia derrota. ¿Es lógico que haya habido que recurrir a las lavativas con agua caliente para despegar del sillón a un alcalde revolcado en las elecciones y atornillado al cargo por su propia ambición? ¿Y cómo se explica que el amasijo de Lugonovo haga compatible su delirante adanismo con el apoyo a la perpetuidad de más de lo mismo?
Pero la burla a la ciudadanía no acaba con este timo electoral: se prolonga con la triquiñuela que exalta a la señora Méndez a un cargo para el que ni se postuló ni fue postulada. El chalaneo protagonizado por comisionados y fontaneros deja en buen lugar a cualquier mercachifle de feria. Y no solo porque los cambalaches se discutiesen en el más absoluto secretismo, con total desaire hacia la gente del común, sino también porque el objeto de disentimiento no fue de carácter programático, ni de propuestas, ni de objetivos, ni mucho menos ideológico, sino lisa y llanamente mercantil, de contabilidad palpable: dedicaciones exclusivas, retribuciones y reparto de áreas competenciales en razón de interés tangible.
Conscientes de que Lugo está por encima de sus gobernantes, le deseamos lo mejor a la señora Méndez. Aunque su acceso a la alcaldía haya sido el resultado de un pasteleo bastante indecente.