Abel Caballero cita a Carlos V y promete más localismo y «humanizaciones»
El alcalde de Vigo lee el resultado electoral como un aval a sus protestas a la Xunta
A Abel Caballero su primera mayoría absoluta le ha llegado con 69 años, pero en el primer día de su mandato ya avanzó que en 2019 optará a la reelección a la Alcaldía de Vigo porque para él «nada hay más importante en política» que dicho puesto. Tras obtener el mejor resultado del PSOE entre las grandes ciudades españolas, el regidor tomó la palabra para avanzar continuismo en su apuesta localista dado que el pasado 24 de mayo «Vigo habló alto y claro» al concederle 17 ediles, frente a los 7 del PP y los 3 de la Marea. Como inspirador, eligió al emperador Carlos V al apuntar: «Un buen gobierno requiere ciencia, experiencia y conciencia».
Entre sus «metas irrenunciables», citó tres: la declaración de las Islas Cíes como Patrimonio de la Humanidad, la defensa del aeropuerto de Peinador o la llegada del AVE directo a Madrid. Sus propósitos también pasan por continuar reformando calles (sus denominadas «humanizaciones»), la «creación de empleos keynesianos», mantener «las políticas sociales más importantes de España» —supuesto mérito que le corrigieron después desde la oposición— o hacer que Vigo «ocupe su lugar en el municipalismo español».
El alcalde lee los resultados de las municipales como un «castigo severo a los que no quisieron ni atender ni entender a Vigo», mientras que representa un premio a los suyos: «Estuvimos en la defensa perenne de Vigo y a muchos no los encontramos allí, sino enfrente defendiendo los intereses de otros territorios». Así que la receta pasa necesariamente por más de lo mismo, una vez escuchadas las urnas. Y lo hace con advertencias tanto a la Xunta como al Gobierno central: «Muchas cosas tendrán que cambiar en el trato a Vigo. No ocupa el lugar relevante que le corresponde en la gran Galicia. Por eso tuvimos que salir a la calle a defender tantas causas», declaró Caballero.
Su intervención estuvo repleta de alusiones en la misma línea, recogidas por Ep: «Estamos en un tiempo nuevo para recuperar atrasos habidos en los últimos años» o «Vigo no quiere nada que no sea suyo, pero tampoco va a consentir que se le niegue lo que le corresponde». Quiere ser una «locomotora» y no una «mera sustancia pasiva». Para lograrlo, ofreció su «mano tendida» al Ejecutivo autonómico «para acordar aquello que consideramos justo».
Ratero y enchufado
Antes de hablar, parte del público le recordó a Caballero que esa mayoría no es un cheque en blanco y que un sector de los vigueses desaprueban su gestión. Cuestiones como el barco de la rotonda de Coia o los supuestos enchufes en torno a Carmela Silva, mano derecha del regidor, subyacían detrás de los gritos de «ratero y enchufado» que varios asistentes vociferaron antes de marcharse voluntariamente. A quienes le critican, Caballero les respondió con un «farsantes y antidemócratas».
Elena Muñoz, convertida en líder de la oposición, pidió a Caballero medidas reales de apoyo al empleo, a los emprendedores y «mayor control del gasto público o mejores políticas sociales». Además, le recordó que «negociar no puede significar pelear». El tercer grupo municipal —tras la salida del BNG del Ayuntamiento olívico— es Marea de Vigo. Su número uno, Rubén Pérez, avanzó que su intención es realizar una «enmienda a la totalidad» del modelo de Caballero.
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