Socorro Pérez murió por aplastamiento de cráneo, según revela la autopsia

El cadáver de la orensana fue localizado el sábado. Los médicos forenses sitúan la fecha del fallecimiento en los primeros días de mayo. Descartan, de entrada, una agresión sexual

Socorro Pérez murió por aplastamiento de cráneo, según revela la autopsia efe

m. sueiro

Un traumatismo craneoencefálico severo está detrás de la muerte de Socorro Pérez, la orensana de 43 años a la que se le perdió la pista el pasado 2 de mayo, según revela la autopsia praticada a la mujer cuyo cadáver era localizado en una zona del Alto del Seminario el sábado. Una muerte violenta confirman las pruebas médicas, que sitúa su fallecimiento en los primeros días del mes, coincidiendo con su desaparición. La familia está convencida de que se trata de alguien conocido por la víctima.

La tragedia pilló desprevenidos a los padres de Socorro Pérez. Su padre, Modesto, tras asistir ayer al entierro de su única hija manifestó a ABC: «Es durísimo; el cuerpo está en muy mal estado y queremos acabar con esto cuando antes».

La forzada frialdad del progenitor tras el sepelio de su hija se convirtió este domingo en un escudo necesario para poder descifrar las incógnitas todavía sin resolver del crimen de Socorro. La familia perdió su pista el pasado 2 de mayo, en la capital orensana, cuando regresaba a su casa después de hacer deporte. A las nueve y media de la mañana del sábado unos cazadores del círculo íntimo del tío de Socorro, localizaban el cuerpo de una mujer de las mismas características que la desaparecida.

Los hombres, como días anteriores, habían salido a buscar a la desaparecida y rastreaban un monte próximo al Seminario. De repente, les llamó la atención que unos cuervos sobrevolaran un punto muy concreto en círculos. Sorprendidos, se abrieron paso entre las zarzas y fue entonces cuando encontraron el cuerpo, tapado con hojas de pino.

Prueba de ADN

Desde el principio hubo muy pocas dudas de que el cadáver no fuera el de Socorro Pérez, a pesar de que estaba en muy mal estado. Antes de conocer las pruebas de la autopsia ya uno de sus primos se adelantaba y explicaba a los medios de comunicación: «Estamos convencidos al 90 por ciento de que el cadáver es el de mi prima».

Según precisaron las fuentes consultadas, la malla negra y la sudadera rosa que vestía la víctima el día de su desaparición coincidía con las ropas del cuerpo hallado, en avanzado estado de descomposición. Con todo, la familia enviará su ADN a Madrid para «verificar sin margen de error» que los restos son de la mujer.

Mientras la Policía trabaja para aclarar cuanto antes las circunstancias del suceso, los padres de Socorro y el resto de sus familiares están llenos de angustia y dolor. Abiertamente, y ante el cúmulo de preguntas que se suceden para saber el porqué y el cuándo de esta tragedia, solo responden: «Fíjese, cómo vamos a estar, si era ella sola». Afectados por «la muerte prematura de su hija» son incapaces de recrear las circunstancias del crimen y confían, eso sí, en que «el tiempo nos dirá muchas cosas».

De las primeras investigaciones policiales ya se conocía que se trató de una muerte violenta, si bien tampoco han trascendido muchos más detalles, ya que el juzgado que ha asumido el caso ha decretado el secreto del sumario. Fuentes próximas a la investigación llegaron a reconocer a Ep que la forma en la que apareció el cadáver «no es habitual», y no se descarta que fuera llevado hasta allí después de haber sido agredido en otro punto de la ciudad.

El pantalón de chándal roto, primer resto con el que se topó la persona que halló el cadáver, estaba junto al resto del cuerpo. Este testigo asegura que tanto él como sus compañeros no vieron en el lugar «la ropa interior, pero sí unos calcetines». Extremo que achacan a desgarros provocados por la acción de los animales y no responden a un ataque de carácter sexual.

Para los familiares, no hay una explicación de lo sucedido. Su primo repite una y otra vez que «aparentemente el entorno de mi prima era apacible, relajado, con su vida laboral y familiar», mientras recalca que «no era una persona a la que le gustaba salir por la noche ni tampoco las redes sociales». «Tenía una rutina diaria muy transparente», agregó. En todo caso, aunque todavía falta por confirmar la causa de la muerte, expresó cierto «alivio» por que al menos se haya localizado el cuerpo.

Entierro

A última hora de la tarde de ayer, en el cementerio de San Francisco se celebró el entierro, al que asistieron los familiares más allegados. Fue «una ceremonia íntima y breve en la que se rezó un responso», según confirmó a ABC el portavoz de la familia. Ahora «honraremos su memoria con un funeral el martes a las ocho de la tarde, en la Iglesia Parroquial de Fátima», aseguró la misma fuente. Justo el día en el que estaba previsto la celebración de un acto para pedir el regreso de Socorro a casa.

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