Pedro Sánchez advierte de que las Mareas pueden impedir que gobierne la izquierda

El líder del PSOE pide el voto para «el cambio seguro» y que no ocurra «como en Andalucía»

Pedro Sánchez advierte de que las Mareas pueden impedir que gobierne la izquierda abc

m.sueiro/e.pérez

Pedro Sánchez llegó a Galicia para arrimar el hombro y dar un nuevo empujón al secretario de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, y a sus candidatos en La Coruña, Mar Barcón, y en Vigo, Abel Caballero. El electorado coruñés se quedó con el vaticinio, convertido en afirmación por Sánchez, de que «el PP ya ha perdido las elecciones». La razón no es otra que el pálpito de «patear los 365 días las calles de nuestro país», dijo el secretario general del PSOE.

La euforia de las más de 300 personas que poblaban la plaza de España para ver a la promesa socialista fue caldo de cultivo para que volviese a proclamar que «el PSOE es el partido del cambio» y confrontó esta afirmación con la seguridad de que con nosotros «seguro que no habrá gobiernos de derechas» y, a continuación, llegó el dardo envenenado para la otra izquierda: «Votar a otras opciones, ya vemos lo que pasa en Andalucía y eso puede pasar en La Coruña, no asegura nada». Sánchez intentó después tocar la fibra del electorado socialista, «de todos los que nos han votado y son de corazón socialista», para afirmar que «el cambio seguro garantiza hospitales, escuelas públicas y el desarrollo de la Ley de Dependencia», y nombrando al secretario de Podemos, Pablo Iglesias, le exigió que «diga qué universidades públicas sobran porque la de La Coruña no sobra y la creamos los socialistas».

En su alocución como líder de la oposición y alternativa de gobierno hizo un repaso de las primeras medidas que tomaría y que tienen que ver con la igualdad salarial entre hombres y mujeres o la derogación de la reforma laboral. Sus avances programáticos fueron elegidos minuciosamente en un marco también cuidado al detalle. Este mismo escenario también sirvió a José Ramón Gómez Besteiro para reclamar la vuelta de «los votantes moderados y que de buena fe votaron al PP en 2011». El líder gallego aseguró que ese depósito de confianza «no ha servido para nada, tan sólo para retroceder en los derechos conquistados».

Besteiro, que no dejó un momento a Pedro Sánchez, y hasta le presentó a su madre, se mostró especialmente satisfecho. Tras finalizar el mitin, aseguró a ABC que «el PSdeG ha recuperado el pulso» y añadió: «Tengo el convencimiento de que el cambio en Galicia va a a empezar en estas elecciones municipales». De igual manera se expresó también Mar Barcón, que auguró el comienzo de la «ola de cambio» en la ciudad herculina.

El bastión gallego del PSOE

Por la mañana, desde Vigo, tras un incendiaria intervención de Abel Caballero —que arremetió no sólo contra la derecha de Feijóo y su «enviada», la alcaldable popular, Elena Muñoz, sino contra los «chantajistas del BNG» y «los comunistas disfrazados de Mareas»— Sánchez erigió al alcalde y candidato a la reelección como «un referente» del municipalismo y el socialismo en España», «bastión de los servicios sociales». El líder del PSOE se volcó en la única ciudad gallega en la que las encuestas dan mayoría absoluta a su partido, y lo hizo ante una plaza de la Independencia que sentaba en las primeras filas al exministro de Fomento José Blanco y a las exconselleiras Carmen Gallego y María José Caride, entre otros destacados miembros del partido tanto a nivel autonómico como local.

En una plaza en la que los socialistas dan por sentado el respaldo ciudadano a su candidatura, hablar en clave local le debía saber a poco a Sánchez, que jalonó un discurso como opción de gobierno. Antes, su homólogo gallego, Gómez Besteiro, personalizaba su intervención en la figura del líder de los populares en Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y en la Mareas tras las que se disfrazan EU y AGE. «Son los de siempre bajo otra marca» , alertó.

«Cada voto en Vigo para el PSOE nos abre las puertas de la Diputación de Pontevedra», señaló el líder de los socialistas gallegos, cuyo protagonismo este viernes pasaba a un segundo plano por la presencia de Sánchez. En este sentido, al igual que después harían el secretario general de los socialistas y Caballero, Besteiro sentaba en la presidencia de la institución provincial a la teniente de alcalde, Carmela Silva, número dos de la lista en Vigo.

«Tengo la sensación de que toda mi trayectoria política ha sido un camino para llegar a lo más importante, ser alcalde de Vigo. No hay nada igual a eso», señalaba un eufórico candidato. De nuevo, Caballero presumió de gobernar la ciudad con más gasto social de todas las españolas, de generar empleo, de humanizar calles y de «liderar la transformación de Vigo». Y jugando con su eslogan, el alcaldable socialista situó frente al «Vigo, sí» que predica, el «Vigo del no a todo» que encarnó en Núñez Feijóo y el resto de fuerzas a las que llegó a calificar de «farsantes».

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