Seis horas de sueño, seis actos al día

Feijóo ya lo avisó en la rueda de prensa del Consello de la Xunta anterior al inicio de la campaña electoral y la afirmación no dejaba de ser curiosa para una cita a la que no acudía como candidato. «Me han puesto más trabajo que en las pasadas autonómicas». La explicación a la elevada actividad del presidente del PPdeG se cimienta en un tándem de factores que se alimentan mutuamente: la resistencia de la marca gallega de los populares frente al desgaste en otros territorios y la gran popularidad de su líder.

Este fin de semana, coincidiendo con el ecuador de la campaña, los kilómetros empezaron a hacer mella en el presidente y en el mitin de Santiago en el que respaldó a Agustín Hernández los síntomas de cansancio empezaron a ser evidentes. Feijóo salió a jornada maratoniana por día. Tras cruzar Galicia desde Viveiro a Vigo para acompañar el viernes a Rajoy. El sábado volvía a la provincia de Lugo por la mañana para pasar la jornada vespertina en las comarcas de Ferrolterra y La Coruña hasta un total de siete actos y el domingo otra media docena.

Ayer no fue una excepción, pues era el turno para las localidades Meira, Pol, Sarria, Monforte, Verín y Xinzo. Cinco actos en dos provincias diferentes, el primero programado a la 1 del mediodía y el último con el final rondando la medianoche en la parte más al este de la Comunidad, con lo que todavía resta el tiempo de desplazamiento hasta la capital gallega, con lo que el presidente no llegaría a su residencia hasta ya casi entrada la madrugada. Dado que a la agenda de campaña de Feijóo hay que añadir la institucional con las obligaciones propias del titular del ejecutivo autonómico, su entorno cercano asegura que en estos días a duras penas puede llegar a dormir seis horas al día.

El líder popular sabe de la trascendencia que estos comicios tienen de cara al futuro político de la Comunidad y del país con unas generales a pocos meses vista y las autonómicas a poco más de un año, de ahí también la implicación personal que ha tomado en ellos a sabiendas de la importancia que da el partido tradicionalmente en su implantación territorial. Feijóo tiene ganas de pista, se preocupa por llegar del mismo modo a las grandes ciudades y a los pequeños pueblos en el mayor número posible, verse motivado en cada una de sus intervenciones públicas y compartir algún momento con los simpatizantes que le esperan, pese a lo apretado de la agenda. De hecho, está prefiriendo torear mayoritariamente en plazas desfavorables al partido que en los feudos más afines. Cada concello cuenta y desde el primer día arengó a los suyos para que «no diesen ninguno por perdido ni por ganado».

Además del agradecimiento a los asistentes a cada acto, las palabras más repetidas por el presidente de los populares son las peticiones de «esfuerzo» y «trabajo» a sus compañeros. La estrategia parece que es la de predicar con el ejemplo y, sólo al final, se podrá saber si la cuenta de kilómetros y horas extra habrá valido la pena.