EL GARABATO DEL TORREÓN

Liquidaciones y saldos

En Lugo, los de Rivera recuperan concejales amortizados por SCyD y los de Iglesias, por CDS

juan soto

Ni siquiera los más proclives a dejarse llevar por el optimismo estaban convencidos de las excelencias profetizadas por quienes irrumpían en el palenque acicalados con el tupé de la pureza inmaculada y el anuncio de un paraíso celestial en el que no habría espacio para los impuros. Hubo un momento, no obstante, en que todos nos las prometíamos muy felices cuando iglesinos y riverianos nos convocaron desde el televisor a seguirles, cada uno por su propia ruta, hacia la tierra prometida del paro inexistente, los salarios justos, la enseñanza tetralingüe, las pensiones universales, la sanidad gratuita, el reparto de los beneficios bancarios y el déficit cero. Sin embargo, había algo en este mesianismo lustroso que hacía desconfiar de tanta belleza. Una ambigüedad pueril que se ponía de manifiesto cada vez que los impetuosos líderes eran exigidos de «programa, programa, programa», que diría Anguita en sus relámpagos de lucidez. Lo enseñaron por fin y lo que se presagiaba utopía se mostró idiotez.

Y el tinglado se vino definitivamente abajo cuando asomó la patita de las candidaturas. En Lugo (por ir a lo más a mano), polemistas y ciudadanistas rivalizan en una oferta de liquidación y saldo. Los partidarios de Rivera recuperan concejales amortizados hace años y residuos de aquel partido, Sociedad Civil y Democracia, con el que Mario Conde intentó completar la rehabilitación iniciada en Alcalá-Meco.

Lo de los auxiliares de Iglesias es casi más patético, aunque no deja de tener un punto de candor. Su opción municipal en la capital de la provincia procede del CDS, aquel partido que recogió los pecios de Suárez para hundirlos definitivamente en el abismo de la ingenuidad.

En resumen: saldo, liquidación, mercancía averiada, restos de serie, ganga y remanente de stock. Predican el fin la casta, nacionalizar la banca, acabar con el fraude fiscal, un referéndum para salir de la Otan, la cárcel para los corruptos, la cuadratura del círculo, atar los perros con longanizas y dos huevos duros. Sólo un inconveniente: sus caras nos suenan.

Liquidaciones y saldos

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