Agustín Hernández alerta contra el «desgobierno» en Compostela
La izquierda no habla de pactos y reprocha al PP los escándalos de este mandato
Ya hay una primera víctima del multipartidismo recién parido: los debates . El primer careo a seis entre los principales candidatos a la Alcaldía de Santiago acabó convertido en una charla de salón donde cada uno daba su particular monólogo, con escasa confrontación y, eso sí, un enemigo común para cinco de ellos: el alcalde y candidato del PP, Agustín Hernández. Organizado por el Club Financiero de Santiago y moderado por el decano de la Facultad de Periodismo, José Ramón Pousa, este primer encuentro dejó más sensaciones que titulares.
Entre las primeras, el guante de seda y los nulos reproches entre los llamados a entenderse en la izquierda si el PP no fragua una mayoría absoluta: Martiño Noriega (Compostela Aberta), Paco Reyes (PSOE) y Rubén Cela (BNG). Y entre los segundos, apenas el aviso de Agustín Hernández por el «desgobierno de seis fuerzas» que se produciría en la ciudad de no ganar él, «sería caos, paro y retroceso». «¿Quién sería el alcalde y a cambio de qué?», se preguntó. La palabra pactos no se pronunció en el debate.
Como mirlo blanco en el debate, el alcaldable de Ciudadanos , Javier Sánchez-Agustino, aupado por el buen dato del CIS —le augura dos ediles—, quien intentó marcar distancias con PSOE y PP haciéndoles responsable de la situación de Compostela al haber gobernado la ciudad los últimos treinta años, y por extensión también al BNG, socio de los alcaldes socialistas. «Otros tendrán que explicar cómo llegamos a esta situación», apuntó.
Noriega, Cela y Reyes mostraron escasas diferencias en su visión del diagnóstico y sus argumentos. Para los tres, la ciudad ha sufrido el descrédito en su imagen por los escándalos de corrupción que la sacudieron en este mandato, afectando eso a la gestión de los servicios públicos, según Noriega. «Es el peor gobierno de la democracia», afirmó Cela subiendo la puja; «estos cuatro años se cambiaron los derechos sociales por caridad», añadió Reyes.
Hernández eludió referirse al pasado más inmediato, a los dos predecesores del PP en el cargo, e hizo varias referencias a la gestión directamente atribuible a él, desde el pasado julio. Aun así, reivindicó éxitos de la etapa pasada como la reducción de la deuda municipal o el pago en tiempo y forma a proveedores, y cargó contra «el típico postureo de la izquierda» que «se cree con la exclusividad de muchas cosas» para defender que «la auténtica política social llegó en 2011 con el PP y su despegue definitivo este año». «Somos la primera ciudad de Galicia con una renta social municipal para que las familias puedan hacer frente a gastos básicos», aseveró.
En infraestructuras, Hernández se quedó solo defendiendo el actual proyecto de estación intermodal «digno, realista y suficiente» frente a las demandas del resto de candidatos de que se retomara el anterior diseño, de casi cien millones de euros. Al mismo tiempo, pidieron equilibrar la inversión en las zonas urbanas con las áreas del rural.
El toque de humor lo puso Paco Reyes al criticar la estacionalidad del turismo en Compostela: «Más que una ciudad monumental, parecemos Benidorm». Risas en la sala.
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