El marido de la asesinada en Orense no fue detenido pese a las sospechas de maltrato

Los indicios no fueron suficientes para un arresto o una orden de alejamiento

El marido de la asesinada en Orense no fue detenido pese a las sospechas de maltrato efe

Patricia Abet

A primera hora de la mañana de este viernes, el marido de Isabel Fuentes acabó con la vida de su esposa acuchillándola, presuntamente, en la cama del hospital donde llevaba un mes ingresada por un ataque previo. El supuesto agresor accedió al centro el jueves por la noche como acompañante de la víctima y aprovechó que su compañera de cuarto estaba profundamente dormida para apuñalar a su mujer , de 66 años, y posteriormente autolesionarse.

Todo sucedió en la cuarta planta del Complejo Hospitalario de Orense, donde la víctima se recuperaba de una grave lesión cerebral producida durante un supuesto asalto a su vivienda a principios de abril. Tras lo acontecido, todo parece indicar que las heridas y la pérdida de masa encefálica por las que la mujer fue ingresada se las provocó su esposo, y no ladrones que él mencionó a la Policía para justificar lo ocurrido.

La primera en dar la voz de alarma fue una de las dos enfermeras que se encontraban en planta en ese momento. Fue ella la que, al entrar en la habitación, se encontró a la víctima desangrándose postrada en la cama y a su marido tendido en el suelo con lesiones en el pecho, el cuello y los brazos. Tras ser descubierto, el presunto agresor, de 75 años, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por la gravedad de las lesiones que se había autoinfligido. Los agentes encargados del caso esperan ahora a conocer su evolución clínica para tomarle declaración.

Cadena de errores

El apuñalamiento mortal de este viernes propició un giro en la investigación por el supuesto robo en la vivienda del matrimonio. Aunque ni la Policía Nacional ni la Guardia Civil tenían constancia de denuncias previas por malos tratos en la pareja, fuentes cercanas al caso admitieron que después del atraco sí tenían indicios de violencia de género. Por su parte, fuentes judiciales señalaron que «jamás se solicitó una orden de alejamiento» para proteger a la víctima durante su convalecencia hospitalaria, ya que no había sido requerida. No obstante la juez del caso sí supo que el marido era el principal sospechoso, e incluso la Guardia Civil propuso detenerlo, a lo que la magistrada respondió que si se hacía eso y el hombre no confesaba lo pondría en libertad. También ella, de oficio, pudo activar esa orden de alejamiento.

La presidenta del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género, Ángeles Carmona, explicó que las actuaciones relativas a la primera agresión están bajo secreto de sumario, por lo que no es posible conocer si alguna de las partes pidió orden de protección para esta mujer por tener indicios de violencia de género o si el juez tenía información suficiente para considerar esta posibilidad. Pese a todo, Carmona adelantó que abrirá una investigación.

«Un matrimonio modélico»

La trágica muerte de Isabel Fuentes conmocionó a los vecinos de la localidad orensana de Verín, donde la pareja residía. Quienes los conocían, los más allegados, comentaron al saltar la noticia que la pareja era «un matrimonio modélico». Según el alcalde de la localidad, «de puertas para fuera destacaban por el trato de amabilidad, que no hacía sospechar nada de lo sucedido». A propósito del presunto maltratador, los vecinos de Pazos afirmaron, todavía consternados, que «él demostraba mucha amabilidad con su mujer» y que «los dos aparentaban ser un matrimonio normal y muy cariñoso»; frases, por otra parte, que se repiten en este tipo de casos.

Nada más conocerse la muerte, los profesionales sanitarios del centro donde se produjo la agresión se concentraron de manera espontánea para lamentar la pérdida de la paciente, que había sido trasladada a planta hacía pocos días. Algunos de los sanitarios revelaron, además, que «no hay ningún tipo de control sobre quién está acompañando a cada paciente en cada momento», y aclararon que el hospital desconocía que existiese «un peligro potencial en este caso, porque, de saberlo, habríamos extremado las precauciones».

El marido de la asesinada en Orense no fue detenido pese a las sospechas de maltrato

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