Día de otoño en Arousa para entrar en campaña
El frío y la lluvia recibieron a Feijóo en los primeros actos de un primer día de campaña sobrecargado de citas en las provincias de La Coruña y Pontevedra
Si hace algunas semanas alguien pensaba que la primavera había llegado a Galicia para quedarse, no cabe duda que estaba equivocado. Quizá ese fue el pensamiento al programar como primer acto matutino de la campaña electoral popular un paseo por la pontevedresa Illa de Arousa , concretamente por un puerto que acabaría siendo centro de propuestas y peticiones al presidente de la Xunta. La lluvia y la temperatura, más propias de un octubre que anuncia invierno que de principios del mes de mayo, frustraron la idea inicial. El muelle se cambió momentáneamente por la lonja de la localidad, donde mariscadores y marineros se acercarían a Alberto Núñez Feijóo y Rafael Louzán para trasladarle sus peticiones.
El inicio del acto estuvo marcado por el minuto de silencio en memoria de la mujer acuchillada en Orense, tras el que se intentó recuperar la normalidad para afrontar el resto de la mañana. Unos minutos de conversación y espera hasta que remitió la lluvia y permitió retomar la idea inicial de examinar el dique arousano.
La nota curiosa del paseo fueron dos «asaltos» al líder de los populares gallegos perpetrados por dos vecinas, una no afín a los populares y otra simpatizante « de toda la vida», ambas my conocidas en la localidad. La primera de ellas, tras intercambiar impresiones brevemente con Feijóo conversó animadamente con Louzán durante el resto del paseo y prometió reconsiderar su voto de cara al 24 de mayo. El envite de ésta fue contrarrestado por la segunda, emocionada por la visita de Núñez Feijóo a su pueblo y por la posibilidad de saludarle en persona, así como confiada en la mayoría absoluta de su partido en los comicios, ya que en los anteriores apenas un puñado de votos alejaron al candidato popular de la Alcaldía. Preguntada al respecto, y por cómo podría sentarle a un ilustre socialista veraneante en la localidad como José Blanco la victoria popular, la señora zanja con un escueto «pues como me sentó a mí cuando ganaron ellos». Luego matiza que tiene un buen trato con Blanco, pero la rivalidad política no parece entender de simpatías personales.
Cinco actos
La apretada agenda no perdona y A Illa es sólo la primera parada del día. Pese a que se acerca la hora del almuerzo previsto en Caldas de Reis, el presidente intenta agotar los últimos minutos saludando a todos los vecinos que se encuentra con la calle y compartiendo reflexiones con los miembros de la candidatura local.
Para el segundo acto del día espera el Hotel Sena de la localidad caldense. Y lo cierto es que esperaba el recinto y la mitad de los comensales previstos para la comida-mitin, mientras los restantes llegaron con las personalidades ya sentadas a la mesa. Una eventualidad poco frecuente que más tarde Louzán justificaría en el hecho de que ayer era laborable. «Lo importante es que cuando os pedimos que vengáis, aquí estáis. Sin importar día ni hora», afirmó con humor.
Tras los discursos, en el menú no faltó la tradicional empanada, el pulpo y la carne asada. Un clásico de los populares para coger fuerzas el día en el que todavía quedaban paradas en Teo, Cambados y Pontevedra.
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