Francisco Caamaño se aparta de la política para regresar a la Universidad de Valencia

Convocó a los medios de urgencia apenas un par de horas antes y en la sala no estuvo ni una figura destacada del grupo parlamentario, pese a que los lunes se reúnen para preparar la actividad semanal en la Cámara. Anunció que sería breve nada más sentarse ante el micrófono y lo fue antes de ponerse a disposición de los presentes para aclarar las dudas acerca de lo que iba exponer. El exministro de Justicia con José Luis Rodríguez Zapatero, exsecretario provincial de La Coruña y en los últimos tiempos apenas diputado del PSOE gallego, Francisco Caamaño , presentó ayer la renuncia a su escaño en O Hórreo y la escenificación de la marcha se asemejaba a la de una salida por la puerta trasera, para no molestar.

Las razones que esgrime Caamaño para volver a ocupar su cátedra de Derecho Constitucional en la Universidad de Valencia son puramente personales y el momento se justifica en los plazos administrativos y organizativos que se marca el centro y que se requieren para hacer efectiva la solicitud de retorno. «Los que siguen mi actividad ya saben que llevo un tiempo más dedicado a estudiar y escribir», ilustró para señalar que su decisión es más que meditada, hasta el punto de que su entorno próximo apunta que las altas esferas de la formación la conocían desde hace meses. El todavía diputado —pues la Mesa de la Cámara aún debe ratificar su salida— cree que ahora es «más útil» en otros foros. «Galicia, España y Europa tienen problemas muy serios y las soluciones se pueden pensar desde fuera de los grupos parlamentarios. Esa será mi función a partir de ahora y seguiré comprometido ideológicamente», dice.

Pese a que es una condición que ostenta desde su nombramiento como titular de la cartera de Justicia, la salida de la primera línea de la política gallega de Francisco Caamaño no vendrá acompañada de un abandono de la militancia socialista. «Es un partido en el que he conocido a gente maravillosa, con grandes ideas y con muchas ganas de trabajar, por eso me gustaría formar parte de él hasta el fin de mis días», apunta. Sobre sus diferencias con el líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, y el peso de las mismas en la decisión que viene de anunciar, el ceense tomó el camino intermedio entre la lealtad partidista y la honestidad. «Todo suma, pero si dijera que es la única causa estaría mintiendo. Lo que pudo haber ya es parte del pasado». En la mayor época de mayor tensión entre ambos, Caamaño tildó a Besteiro de «golpista» en sus luchas internas, a lo que el secretario general respondió pidiendo su dimisión.

Besteiro reaccionó ya entrada la tarde a las declaraciones del que muchos situaron durante este tiempo como su máximo rival en la candidatura a la presidencia de la Xunta expresando su «respeto y reconocimiento» a su labor y señalando que el PSOE es un partido que «le quiere». Un pesar similar al que demostró el portavoz parlamentario socialista, José Luis Méndez Romeu, que calificó la marcha de «pérdida intelectual y política». Por otra parte, cariñosa fue la mención de su homólogo popular, Pedro Puy, que deseó que lo que supone «la ganancia de un gran activo para la universidad» no implique «una pérdida de la misma entidad» para la política. El escaño vacante lo ocupará Emilio Vázquez Blanco, mano derecha del exministro durante su etapa al frente de la agrupación provincial.