Investigan la relación de la víctima y el asesino del tiroteo del taller de Vigo

El agresor falleció este sábado tras haberse disparado un tiro en la cabeza, lo que lleva casi a descartar un posible ajuste de cuentas

Investigan la relación de la víctima y el asesino del tiroteo del taller de Vigo efe

D. G.

Anochecía el viernes cuando J. B. C. se presentó en un taller de neumáticos y lavado de coches en Vigo. Preguntó a un empleado por el dueño (Ángel R. P.) y cuando éste apareció, le disparó tres tiros a bocajarro que acabaron con su vida. Acto seguido, se descerrajó otro tiro en la cabeza. El verdugo, de unos 50 años, no murió en el instante. Cuando la Policía llegó, alertada por un testigo, aún tenía pulso, pero la gravedad de las heridas terminó provocando su muerte en la tarde de este sábado. Ahora, los investigadores tratan de resolver qué tipo de relación había entre ellos. «Hay varias líneas de investigación abiertas y cuando haya una conclusión, se sabrá», declaró Santiago Villanueva , delegado del Gobierno en Galicia.

La posibilidad de un ajuste de cuentas extraña a los agentes porque no es habitual que en este tipo de acciones el agresor intente suicidarse después de cometer el asesinato. «Se está investigando si tienen antecedentes, tanto una persona como la otra. Una vez que lo determinemos se sabrán todos los extremos que van vinculados con el caso», explicó Villanueva a la prensa.

No medió palabra entre el asesino y el tiroteado —cuya mujer llegó poco después al lugar— porque todo transcurrió de manera muy rápida en el taller Cambeses del número 331 de la avenida de Ramón Nieto, en el barrio de Lavadores de la ciudad olívica. El trabajador de la empresa que presenció lo ocurrido se escondió detrás de una furgoneta y huyó después de suplicar al criminal que no le disparase. Fue a continuación cuando éste se pegó un tiro. La víctima, de 40 años, era conocido como el «gemelo del Cabral».

Un refresco antes en un bar

Con todas las hipótesis sobre la mesa, lo que sí se sabe es que el agresor estuvo antes del suceso en un bar de la zona. Allí pidió un Nestea y se lo tomó sentado en una mesa hasta que se aproximó el momento del cierre del taller. De hecho, llegó a preguntar en el establecimiento por la hora a la que solía hacerlo. Cinco minutos después de salir, ocurrió el asesinato. Aunque en el Hospital Xeral de Vigo intentaron salvarle la vida, Villanueva ya había informado de que estaba «en una situación muy complicada» que no pudo superar.

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