Guardias civiles critican que tienen cuatro chalecos por cada 12 agentes

La escasez de chalecos antibalas detectada tras la muerte de una agente de la Policía Nacional en un atraco en Vigo también salpica a la Guardia Civil. Los integrantes de este cuerpo denuncian que, en el caso de la Comunidad gallega, solo disponen de dos chalecos por vehículo. Teniendo en cuenta que las unidades más comunes están formadas por una docena de efectivos a los que se le asignan dos coches, el cómputo final eleva a cuatro los chalecos antibalas por cada doce personas. Desde la Unión de Guardias Civiles (UGC) alertan de una situación que, consideran, pone en riesgo la seguridad de unos agentes que están acometiendo su trabajo «sin las medidas de seguridad más elementales».

Como ejemplo ponen la falta de chalecos y la naturaleza de los mismos. «Los chalecos antibalas de los que disponemos se adjudican por coche, por lo que van rotando de agente en agente en función del turno. Es poco higiénico», describen los efectivos. También están en tela de juicio las características de los chalecos antibalas que la Guardia Civil les hace llegar y que no cumplen con los requisitos mínimos para encarar un servicio de 8 horas. «No ponemos en duda la efectividad de los chalecos que nos envían, pero son demasiados rígidos para estar con ellos encima todo un turno porque impiden que te muevas con agilidad, vas como un robot», inciden desde la UGC para solicitar a los mandos del Instituto Armado unas protecciones más ligeras y acordes con sus funciones.

Al igual que en el caso de los policías, los guardias civiles gallegos plantean un problema añadido, el de las tallas. Según explican, en cada coche hay un chaleco mediano y uno grande. «Si nos quedan grandes o no nos entran, nos tenemos que apañar», revelan.