José Luis Martínez-Sande | Jefe de Cardiología en el CHUS

«Esta técnica puede acabar con muchos de los casos de muerte súbita entre jóvenes»

Por primera vez en España se realiza una pionera cirugía de corazón que reduce el riesgo de parada cardíaca en los casos de Síndrome de Brugada

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patricia abet

El doctor José Luis Martínez-Sande es el responsable de la Unidad de Arritmias del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). En sus quirófanos se realizó a finales del mes de marzo una intervención pionera en España, que podría reducir de manera notable los casos de muerte súbita que se producen en adultos aquejados del conocido como Síndrome Brugada. A caballo entre la consulta y el quirófano, Martínez-Sande explica a ABC la complejidad de una técnica nunca antes ensayada en mesas de operaciones españolas, que se basa en un sistema de navegación que permite una reconstrucción eléctrica y anatómica de las cavidades cardíacas del paciente.

—¿Qué es el «Síndrome Brugada»?

—Se trata de una alteración del corazón y de su sistema eléctrico. Los pacientes que lo padecen tienen esta corriente alterada, lo que ante una situación espontánea puede provocar una arritmia grave. Es una enfermedad rara del corazón que sobre todo afecta a varones de alrededor de 30 años.

—La relación de este síndrome con los casos de muerte súbita en adultos es elevada. ¿Qué porcentajes se desprenden de sus estudios?

—Sabemos que este síndrome está detrás de entre el 5 y el 10 por ciento de los casos de muerte súbita entre gente joven en España. En otros lugares, como en el sureste asiático, puede llegar a representar incluso un 50 por ciento de las muertes súbitas entre personas jóvenes.

—¿Está relacionado con la raza?

—No, para nada. Es un misterio por qué en Asia se dan tantos casos. No conocemos la razón, pero es así.

—Pero sí tiene carga genética

—Sí, tiene un componente genético y hereditario importante. En este sentido, es importante decir que ser portador no significa que se vaya a desarrollar la enfermedad. Lo que solemos hacer es un estudio ventricular para descubrir si el corazón está en riesgo.

—¿Es posible descubrir esta dolencia en un electro rutinario?

—Es posible descubrirla en un electro normal que pueda ofrecer resultados sospechosos, pero en ocasiones hay formas ocultas.

—¿Las muertes súbitas vinculadas con el Síndrome de Brugada guardan alguna relación con las muertes súbitas en recién nacidos?

—No, no tienen nada que ver. Este tipo de síndrome del que hablamos y que tratamos de atajar se presenta en personas que están en la treintena.

—¿En qué consiste la intervención que realizan para erradicar esta dolencia?

—Este tipo de operación está indicada en pacientes con muchos episodios de muerte súbita, en personas que han sufrido cuatro o incluso cinco episodios en los últimos meses. Lo que hacemos es una ablación epicárdica, a través de una punción realizada por debajo del esternón. Cuando accedemos al corazón hacemos una pequeña cicatriz y vemos las zonas que están afectadas. Cuando las hemos delimitado las limpiamos por completo y tratamos de inducir una arritmia para comprobar si la técnica ha funcionado. Es una técnica muy esperanzadora que, además, da una calidad de vida mucho mayor a los pacientes que padecen este síndrome.

—¿Cómo se combatía hasta ahora esta patología?

—Hasta el momento, el único tratamiento que había para los enfermos con una manifestación muy grave y altas posibilidades de entrar en parada era la implantación de un desfibrilador que favorecía que el enfermo recuperase la actividad cardíaca cuando entraba en parada. Pero eso puede conllevar muchos riesgos.

—En todo el mundo, esta operación se ha realizado en menos de una veintena de ocasiones...

—Sí, es una intervención novedosa. Por eso no conocemos los resultados que tiene a largo plazo y habrá que esperar. Lo que sabemos es que, según los estudios publicados tras un seguimiento de 18 meses, la desaparición del síndrome después de extirpar el tejido afectado se mantiene. De ahí que los pacientes, que ahora mismo están siendo controlados, sigan con el desfibrilador puesto. En casos como estos es preciso conceder un tiempo de seguimiento.

«Esta técnica puede acabar con muchos de los casos de muerte súbita entre jóvenes»

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