Fiscalía y Guardia Civil discrepan sobre si los presos terroristas de Resistencia están organizados dentro de las prisiones
El Ministerio Público alerta de que RG cuenta con una «rama» dentro de los penales, que los agentes descartan
Con siete de sus integrantes cumpliendo condena por delitos de pertenencia a banda armada, Resistencia Galega es en la actualidad la única organización terrorista en activo en España . Fundada en 2005, Resistencia encabeza un historial con más de un centenar de atentados perpetrados en suelo gallego. Por uno de ellos, cometido en octubre de 2011 en un cajero de Vigo, será juzgado hoy en la Audiencia Nacional Carlos Calvo , que ya fue condenado por el Tribunal Supremo a siete años de prisión por colaboración con banda terrorista.
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En el escrito de acusación de la Fiscalía al que ha tenido acceso ABC, el Ministerio Público refiere que el imputado colocó en plena madrugada un artefacto compuesto por una cantidad indeterminada de perclorato potásico y azufre, pila, reloj y un conector eléctrico utilizado para detonar la bomba. Lo hizo, según denuncian, ocultando su rostro para evitar ser reconocido en las imágenes que se graban de forma continuada por la cámara de seguridad. La bomba no llegó a estallar y tuvo que ser detonada por los Tedax, provocando daños en la sucursal y en edificios anexos.
Instructor en uso de explosivos
Carlos Calvo — que en un proceso anterior fue señalado por un exmiembro de Resistencia arrepentido como uno de los encargados de instruir a los integrantes de la banda en la colocación de explosivos y que participó, además, en la vigilancia de una sede del PP contra la que planeaban atentar— se enfrenta ahora a una petición de 16 años de cárcel. El fiscal solicita para él ocho años de prisión por un delito de integración en organización terrorista y otros tantos años por tenencia de explosivos.
En su escrito, la acusación deja constancia del modus operandi de una organización «con una estructura jerárquica, acciones coordinadas y concertadas y uso de la violencia para la consecución de sus objetivos». También revela que la banda, que el pasado octubre actuó por última vez detonando una olla con cinco kilos de pólvora en el ayuntamiento de Baralla , dispone de un aparato de financiación, otro de captación, una estructura militar y «una rama de la organización en las prisiones españolas, a modo y manera de la organización terrorista ETA».
Organizaciones «satélite»
Consultadas sobre este último extremo, fuentes de la Guardia Civil y de la Policía especializadas en la lucha antiterrorista descartan que los presos de Resistencia puedan haber tejido una estructura dentro de los penales españoles. Una de las razones que impedirían esta organización interna a la que alude el fiscal, aclaran, es el régimen penitenciario en el que se encuentran todos sus presos. Conocido como Fies 3, a los terroristas sobre los que pesa esta reglamento se les impide compartir celdas con otros reclusos y, en casos de organización armada, se trata de que no coincidan varios condenados en el mismo centro penitenciario. Sus pasos dentro de la cárcel también son controlados de cerca por los funcionarios, lo que evitaría, atendiendo a las mismas fuentes, que Resistencia Galega se organizase dentro de los penales.
Por la contra, los efectivos especializados sí apuntan a que esta organización cuenta con el apoyo de una estructura externa liderada por abogados afines que participan en todas sus defensas. Se trataría, según el Instituto Armado, de «organizaciones satélite» que abanderan su defensa en el exterior y organizan concentraciones para exigir su acercamiento a cárceles gallegas, a imagen y semejanza de las reinvindicaciones de los presos etarras. Los expertos en la lucha antiterroristas en la Comunidad gallega también aclaran que los últimos varapalos, tanto de carácter policial como judicial, han dañado la línea de flotación de la banda que, pese a todo, mantiene una estructura liderada por sus cabecillas desde Portugal. Como prueba, la detención hace apenas un mes de uno de sus miembros, que trató de fugarse a Venezuela para evitar su ingreso en prisión tras ser procesado.