Carreteras secundarias: las más peligrosas, las menos vigiladas
Nueve de cada diez fallecimientos se producen en vías convencionales. Los agentes denuncian «dejadez» en el control de estas carreteras en Galicia
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La red de carreteras secundarias de la Comunidad suma unos 15.000 kilómetros. Es de las más extensas de España y, también, la más peligrosa. Las estadísticas no dejan margen de duda y elevan al 90 por ciento la mortalidad en este tipo de vías convencionales. Es decir, nueve de cada diez personas que pierden la vida en un accidente de tráfico en Galicia lo hacen en una carretera secundaria. Las particulares características de estos viales —con circulación de doble sentido, carentes de separación central y de arcenes— dan pie a adelantamientos indebidos y a excesos de velocidad que acaban, en muchas ocasiones, en salidas de vía, colisiones frontales o atropellos.
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Desde la Unión de Guardias Civiles (UGC) alertan de que, pese a la conocida peligrosidad de estas carreteras, la dejadez en su vigilancia es palpable. «Hay un problema de planificación del servicio. Hay un déficit en el número de agentes (menos del mil) dedicados a la vigilancia del tráfico en Galicia y muy pocas patrullas móviles recorriendo este tipo de vías», denuncian. Profundizando más en el problema, los agentes reprochan que los medios de los que dispone el Instituto Armado se centren en controles de radar, alcohol y drogas. «Eso está muy bien, hay que perseguirlo, pero no puede ser que todo se centre en estos controles masivos y que no haya nadie vigilando conductas imprudentes y conducciones negligentes en las carreteras por las que más se circula», explican. De ahí que los profesionales de Tráfico exijan un cambio de tendencia que ya empezó a verse esta Semana Santa en las vías secundarias de toda España.
Más patrullas móviles
Ante los preocupantes datos obtenidos, la DGT puso en marcha el pasado febrero una campaña especial enfocada en carreteras secundarias, intensificando los radares en vías convencionales. Sin embargo, desde la UGC apuestan por que esta tendencia se afiance y se alcance un equilibrio entre los controles estáticos y las patrullas móviles. Como ejemplo de la mala gestión de medios que denuncian, revelan que a un control masivo pueden dedicárseles «cinco patrullas durante un período de tiempo de dos o tres horas». «Hemos llegado a estar doce agentes en un solo control de velocidad estático. Durante esas horas que pasamos allí, las carreteras no se vigilan. Estamos ante un desajuste importante en los recursos humanos, si queremos luchar contra las muertes en carreteras hay que diversificar estos medios», explican. La solución, en opinión de los encargados de velar por la seguridad de los conductores gallegos, pasa por dedicar a los controles fijos «a una pareja y, al resto, distribuirlas por todos los kilómetros de carreteras y poblaciones tremendamente dispersas que hay en la geografía gallega y sobre las que apenas hay control».
Ligada a los problemas de planificación de los servicios en carretera, los efectivos apuntan a una manifiesta falta de personal y a la marcha de muchos agentes a otras unidades. «Ahora mismo hay 43 vacantes en Tráfico», exponen. Un destino del que «mucha gente se va quemada» y sobre el que sobrevuela el fantasma del RAI.
Estas siglas esconden tras de sí el conocido como Resumen de Actividades Individuales (RAI), un barómetro implantado en 2010 por la Dirección General de la Guardia Civil que valora el número de denuncias que ponen los agentes de tráfico. La norma interna fue anulada por los tribunales a raíz de varias denuncias interpuestas por los guardia civiles al entender que no se ajustaba a derecho, pero quienes patrullan las carreteras a diario advierten de la entrada de una nueva fórmula que primará las multas (sobre todo si son por alcoholemia) por encima de los rescates o de los auxilios informativos a los conductores.
Complemento por multar
De esta nueva regla, que afectará a los efectivos destinados en la Agrupación de Tráfico, dependerá un complemento salarial de 142 euros que se concede o no en función de su productividad. «Si bajas de la media aritmética que marcan para cada mes te dan dos toques de atención. A la tercera te retiran el complemento», lamentan desde la Unión de Guardias Civiles ante una fórmula que consideran poco eficaz, injusta y recaudatoria.