pazguato y fino
¿Es lo mismo?
Si Díaz tiene un «gran resultado» con un 35%, ¿qué tuvo Fraga en 2005?
Nuestros políticos son profesionales del noble arte de arrimar el ascua a su sardina. Con las elecciones andaluzas no han perdido un instante. Algunas de las afirmaciones del socialismo patrio —incluido el gallego— llaman al sonrojo. La más gruesa es manifestar que Susana Díaz representa «el voto del cambio», curioso cuando en Andalucía lleva ininterrumpidamente gobernando el socialismo desde que existe la autonomía. Y va para 35 años.
Pero más jugosa es la lectura de José Luis Méndez Romeu, para quien los 47 diputados de Díaz son «un gran resultado» que «refuerza la legitimidad del gobierno andaluz». Sin restarle un ápice de mérito a la esperanza rubia del socialismo, su porcentaje de voto se traduce en un 35%, el peor del PSOE andaluz de su historia.
Porque, siguiendo su guión y trasladando el ámbito electoral a Galicia, podríamos decir que Feijóo en 2012 no ya reforzó su legitimidad, sino que la incrementó al pasar de 38 a 41 escaños, perdiendo apenas un punto respecto a 2009. Y un paso más allá, si el 35% de los votos es «un gran resultado», ¿qué fue entonces lo de Fraga en 2005 al cosechar un 45,23% y faltarle no 8 como a Díaz sino apenas un diputado para la absoluta?
La sardina del PSOE queda chamuscada porque es incapaz de aseverar en Andalucía que Susana está más que legitimada por ser primera fuerza política y mantenerlo en Galicia si acaso al PP le faltan uno o dos diputados para no tener que pactar. Pero no decían eso cuando Arenas ganó en 2012. Entonces, todos los pactos eran posibles porque la derecha no podía poner sus manos en el Grial del socialismo andaluz. Al menos en Andalucía parece que Susana no pactará con Podemos. En Galicia todavía no sabemos si Besteiro no hará lo propio con sus primos de AGE.
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