El PP gallego llama a la reflexión para evitar nuevas derrotas tras el fiasco en Andalucía

Las elecciones autonómicas andaluzas del domingo centraron ayer buena parte de la atención política en Galicia. Las reacciones a la victoria de Susana Díaz se sucedieron durante todo el día y algunas formaciones intentaron extrapolarla a la situación en la Comunidad. Desde el brazo gallego de Partido Popular, el gran derrotado de estos comicios, la tónica predominante fue la de llamar a la necesidad de una profunda reflexión en el seno de la formación, tachando el resultado de «malo» sin paliativos. El presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, señaló que el partido debe buscar una estrategia para «explicar las decisiones» que se han tomado durante los últimos años para que no se produzca un varapalo similar en las siguientes convocatorias.

En el mismo nivel de dureza se explicó el portavoz parlamentario del partido, Pedro Puy, que a pesar de subrayar previamente que no le correspondía hacer valoraciones sobre posibles causas de la caída o trasvases de voto, puso numerosas lecturas de la jornada sobre la mesa valiéndose de su experiencia como profesor de ciencias políticas. Una de ellas fue sobre la irrupción de fuerzas como Podemos o Ciudadanos en el Parlamento. De los primeros señaló que «aun sumando sus votos con los de Izquierda Unida» no llegarían al apoyo con el que contó la coalición en la etapa en la que Julio Anguita fue candidato a la Junta de Andalucía. Por su parte, del partido liderado por Albert Rivera apuntó que «está ocupando el espacio histórico del Partido Andalucista, hoy fuera de la Cámara», por lo que concluyó que la situación es de «cambio de actores , no del sistema».

En el bando de los ganadores se encontraban los socialistas, que se esforzaron por hacer una lectura en clave nacional de la victoria de Díaz. El secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, anunció que «una nueva generación de socialistas pisa fuerte». Por su parte, el portavoz en O Hórreo, José Luis Méndez Romeu, pronosticó que los comicios del domingo pueden «marcar tendencia» de cara a próximas citas. Pese a que tras las más de tres décadas de gobierno socialista en la Junta, Andalucía sea la región con más paro de España, Méndez Romeu reivindicó las políticas de empleo llevadas a cabo por su partido en la misma. Del mismo modo, calificó de «acierto» el adelanto electoral, aunque su partido haya perdido casi 120.000 votos y haya pasado de conformar un ejecutivo estable merced a su pacto con IU a verse obligado a gobernar en minoría. Sobre la posibilidad de que la victoria de Susana Díaz pueda amenazar una posible candidatura de Pedro Sánchez a las generales evitó ser categórico y se limitó a decir que «es el partido el que sale reforzado».

Desde el nacionalismo gallego, la interpretación se focalizó en sus guerras particulares. Además de la esperable celebración de los malos resultados populares, que calificaron como «justo castigo» al mandato de Mariano Rajoy, la lectura más llamativa del portavoz nacional de la formación frentista, Xavier Vence, fue la relacionada con la también profunda caída de IU. Al preguntarle si esta podía ser repetida en Galicia por otra fuerza asentada como la suya, el líder del BNG respondió que el proyecto de la coalición izquierdista «hace aguas» y que «su descenso puede ser generalizado en todo el Estado».