Ferrol ya huele a Noche de Pepitas
La fiesta, de Interés Turístico en Galicia, es más que una simple tradición y las rondallas pueden contar las horas
Para un no ferrolano que se acerca por primera vez a una rondalla basta ver la ilusión que desprenden en sus palabras cada integrante de la agrupación para entender que la Noche de Pepitas no se trata de una cualquiera del año, ni siquiera de una simple fiesta, sino de una tradición que enraíza con un sentimiento que se encuentra muy dentro de la ciudad. Una noche que este año será la del 19 de marzo, el propio día de San José, aunque tradicionalmente en sus más de cien años de historia se celebrase en la víspera.
Bohemios son uno de los cuatro grupos asentados en la ciudad. Ensayan en un local que han comprado y acondicionado con el fruto de sus actuaciones durante años que a su entrada recibe al visitante con los reconocimientos que se han labrado a lo largo de sus dos décadas y media. Entre ellos guardan con un cariño especial la Insignia de Oro de su ayuntamiento, un reconocimiento a una trayectoria llena de éxitos en el cuarto de siglo que celebraron durante 2014. El sonido de los laúdes, las mandolinas y las guitarras afinando pone el prólogo a la penúltima práctica antes de la gran actuación. Las gargantas se calientan entre las risas y chistes de unos músicos con mucho humor.
En un evento donde la mujer es la gran homenajeada, pocas son las que participan en la rondalla. Una de ella es Vanesa, que se toma con naturalidad ser la excepción. «Me gusta tocar y Pepitas es una tradición que no se puede perder, por eso tenemos que participar los jóvenes», dice antes de empezar. Además de las destinatarias de las canciones, otra de las protagonistas femeninas del festejo es la madrina de cada agrupación. Este año le toca el turno de desempeñar este papel en otra, la del Club de Campo, a la concejal de Turismo, María del Carmen García; que señala el «honor» que supone ser escogida para el puesto en un día que «todo el mundo vive tan intensamente y se transmite entre generaciones».
Historia viva
Empezado ya el ensayo aparece en la sala toda una institución en Bohemios, Juan Caruncho, letrista de la agrupación desde sus orígenes, que este año no podrá cantar en la señalada velada debido a una reciente operación de la visión, pero no quiere perderse los preparativos. Tras más de medio siglo de composiciones para Pepitas, Caruncho ya es parte de la historia de la ciudad, pero se resta importancia. «Sólo soy un ferrolano más», dice este exprofesor de latín y griego al que han jubilado de la vocación de su vida y que nació en Vigo «casi por accidente». Preguntar por su fuente de inspiración es un ejercicio de insultante ingenuidad, pues la respuesta es más que obvia: «Ferrol y el Amor, lo más bonito del mundo y de lo que sólo puede salir un homenaje a la mujer ferrolana». Este hombre de letras y grandes frases reivindica la necesidad de conocer a los grandes compositores de la fiesta para poder mantener su esencia. «La historia no se hace sin historia».
Cuenta atrás
A pocos días para el acto, entre los rondallistas las ganas vencen a los nervios y no se ve la hora de recorrer las calles para cantar a quienes se encuentren a su paso o en los balcones. Alguno ya tiene la cabeza en el acto del teatro Jofre y al director no le gusta el resultado que está viendo del ensayo. «Si no hay carácter no se destaca», por lo que pide implicación a los mismos instrumentistas y vocalistas que fascinaron hace unos años a la ciudad de Segovia con una reproducción exacta de una Noche de Pepitas.
El vals, la danza y pasacalles de rigor para participar en el certamen cada año van tomando forma y aseguran que Ferrol volverá a vivir una jornada inolvidable.
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