Exposición «El camino, El origen»
El Camino de Santiago recreado en una exposición a través de los símbolos
Unas 150 piezas de los centros de arte más importantes de Europa conforman una retrospectiva de la Ruta Jacobea
El Gaiás vuelve a los orígenes o busca los orígenes. Cualquiera de las dos fórmulas sirven para darle todo el sentido a la exposición: «El Camino, el Origen» , que desde ayer puede visitarse en la Ciudad de la Cultura. Se trata de la mayor reunión de obras de arte realizada hasta la fecha sobre el fenómeno jacobeo. Un total de 150 piezas reunidas bajo un prisma contemporáneo y cuya ordenación responde al propio Camino compostelano .
La muestra se divide en tres secciones diferentes. La primera parte nace desde el momento del descubrimiento del sepulcro del Apóstol y recrea las distintas facetas del discípulo. La trama se narra a través de piezas como el «Díptico de la Pasión», prestado por la Catedral de Oviedo; o el «Santiago Dormido» e incluso una pieza valiosísima desde el punto de vista artístico como el retrato del apóstol realizado en el siglo XVI por Alberto Durero.
En las diferentes vitrinas y expositores, los visitantes pueden recrearse en curiosidades como los báculos del peregrino. Y es que una de las intervenciones está construida con más de 1.800 báculos dejados por los caminantes a petición de la Oficina del Peregrino.
Las curiosidades históricas también tienen un hueco. Varios retratos y documentos bibliográficos en relación al Camino se suman en esta parte a una pieza singular prestada por la Catedral, y que no es otra que el «Gallardete de Lepanto». Una insignia de 17 metros de tela pintada a témpera que ondeó en su momento en la nave capitaneada Don Juan de Austria en la batallad de Lepanto (1571).
La muestra se completa con el proyecto «Lugares Jacobeos», once intervenciones artísticas realizadas por jóvenes creadores de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Vigo con la que se busca establecer un diálogo entre el trazado medieval de Santiago y la Ciudad de la Cultura.
La potencia simbólica de la exposición motivó que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se refiriese a ella como « un compendio porque somos final de la tierra en lo geográfico , pero centro de Europa en lo cultural».
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