El religioso niega cualquier relación de tipo sexual con un discapacitado

La investigación sobre los presuntos abusos sexuales cometidos por el franciscano de O Cebreiro, detenido la pasada semana, empieza a completarse con matices determinantes. Según pudo confirmar ABC, el franciscano no dudó en ningún momento en reconocer que ha mantenido relaciones sexuales con una menor, pero «consentidas» por la mujer. El religioso que, según fuentes próximas a su defensa, realizó una declaración «bien construida, argumentada y cargada de arrepentimiento», detalló los encuentros con la joven, sin embargo negó categóricamente y «con mucha vehemencia» haber mantenido encuentros de naturaleza sexual con un joven discapacitado.

El fransciscano también reconoció que «existe una fotografía con la mujer con poca ropa y con un billete de 20 euros a la altura del pubis», pero desmiente cualquier otro tipo de instantánea más comprometedora. Además, reconoció entregar dinero a la chica «debido a la necesidad que atravesaba su familia». En todo caso, y dada su condición de religioso, confesó sentirse avergonzado y lleno de culpa «por fallarle a la familia franciscana, a su familia y a sus amigos». Precisamente, sus compañeros de orden y también numerosos amigos se han visto sorprendidos por la noticia. Desde las comunidades franciscanas en Tánger (Marruecos), Ponteareas y Orense siguen sin dar crédito a lo sucedido . Además, entidades sociales, como el Comité Anti-Sida de Orense, se han puesto a disposición del fraile para ayudarle en su defensa.

Según pudo saber este periódico, el clérigo participaba en diferentes campañas como el reparto de preservativos para la prevención de enfermedades de transmisión sexual y atendía enfermos de Sida en el Complejo Hospitalario de Orense. De hecho, la diócesis de Orense receló de esta actitud del religioso y lo puso en conocimiento de los franciscanos.

La vida del religioso continúa en la cárcel. Sus allegados están preocupados debido a su frágil estado de salud, pero exigen que todo se aclare hasta sus últimas consecuencias . De hecho, desde el primer momento la Iglesia reaccionó con prontitud tras darse a conocer la investigación, y optó por relevarlo en todas las funciones pastorales. Por su parte, su defensa espera agotar todos los recursos legales con la intención de que el religioso pueda recuperar la libertad y espere la celebración del juicio en un centro «poco visible y apartado de la actividad pastoral» de la comunidad franciscana, para salvaguardar su intimidad